☼︎Veintitres☼︎

454 37 9
                                    

Funfact: Me había equivocado en el último capítulo y en vez de llamarlo "Veintidós" lo llamé "Veintitrés" y nadie se dió cuenta JXJSJSJJS

Funfact: Me había equivocado en el último capítulo y en vez de llamarlo "Veintidós" lo llamé "Veintitrés" y nadie se dió cuenta JXJSJSJJS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era curioso volver a esa vieja situación.

Se arropaba entre las sabanas hasta que el calor lo ahogue, aspirando en ellas el olor a suavizante tan fuerte y abrumante que colapsaba sus sentidos, teniendo que cerrar los ojos y la boca con tal de dejar de saborearlo. En la oscuridad de su habitación de matrimonio, apenas iluminada por la ventana con la persiana baja, dejando un ambiente de natural luz azul y brillo tenue... algo deprimente a decir verdad, aunque a comparación de lo que había vivido años atrás, esa habitación se sentía llena de vida y alegría.

Era extraño pensar que la situación a la que se sometía por su seguridad y sus deseos, en algún momento había sido impuesta en él por la pesadumbre de un dolor en su pecho, como un puño cerrandose en su corazón y tirando hacia el centro de la cama, como si tratara de arrancarselo sin cuidado.

En esos momentos, ni siquiera el brillo tenue de la ventana podía dar un poco de luz en la oscuridad que él y su esposo creaban.
La habitación estaba azul, casi negra, en una sombra de la cual podrían salir pero requería demasiada energía.
Debian levantarse de la cama, caminar hacia la ventana y subir la persiana... y ellos apenas podían obligarse a respirar en ese frío colchón contra sus frías pieles de gallina, con el dolor en la garganta, apretando y apretando y amenazando con nunca irse.

Y no... nunca se fue.

Incluso ahora, cuando estaba protegido y cuidado, rodeado de sus más amados, ese agarre en su garganta no desaparecía.
Aumentaba incluso, pero se había acostumbrado.

Pero aumentaba.
Más y más, y peor al volver a estar en esa situación, porque podía recordar la angustia en la carne, esa sensación de desear cada noche el despertar y descubrir que nunca había nacido y que lo últimos diez años fueron una mentira.
A veces pensaba, incluso, si nunca hubiera conocido a México, si el amor no lo hubiera llenado a reventar y su boda hubiera sido una noche de fiesta y soltería más.
Si el día que tuvo su primera cita, hubiera salido con Venezuela a ligar en su lugar.
Si el día que decidió concebir un niño, se hubiera visto una película con Chile.

Mil y un diferentes universos se le cruzaban por la mente y se negaba a vivir en el que ya vivía.

Pero ahora era distinto, conocía su universo y las ramas que lo llevaron hasta donde estaba.
Y, mierda, si tenía que quedarse cien años en cama y con flashbacks con tal de redimir ese viejo trauma, ese sería su plan.

- Son solo cinco meses y trataré de hacerlos tan soportables como sea posible - México lo sacó de su trance con esa voz dulce que tanto lo caracterizaba, hasta tal punto que Argentina no supo si eso que acariciaba su mejilla era su mano o sus palabras - Te juro que no será tan malo - Le aseguró mientras sonreía con ternura

- Operación bebé -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora