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—¿Aló~?

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—¿Aló~?

—¿Qué pasó? Acabamos de verte salir del lugar con Yuu-chan y los Bin, ¿terminó la reunión? — consultó Chifuyu del otro lado de la línea.

—De echo tres gatitos curiosos casi mueren a manos de la curiosidad así que me echaron con ellos — ironizé mientras me acercaba a un árbol de mandarinas para tomar una prestada —, tu hermana sigue en la parte privada de la reunión.

—Bien, esperamos por ellos entonces — despidió y rápidamente cortó la llamada.

   Devolví mi teléfono dentro de mi bolsillo y volví hacia los tres tontos que estaban más tiesos que un doroyaki viejo que una vez comió el presidente a cambio de otros tres dulces iguales.

—Fue idea de Yumiko— se defendieron los Bin, Yuu-chan solo se acomodó su cubrebocas de vuelta en su lugar y la capucha de su chaqueta, parecía un niño simulando ser invisible.

—¿Desde cuándo soy a quien le deben explicaciones?— consulté pelando la mandarina.

—Se supone que eres nuestro superior — mencionaron los tres al unísonio.

—Pense que éramos tres iguales bajo la mano de Kurō-san— reí inocentemente y ellos rodaron los ojos — ¡Lo intento, ¿okey?!… Solo que no me sale y no me gusta estar atrás de la gente como niñera.

   Si no tenían vidas interesantes, peligrosas o información inecesaria que me serviría tarde o temprano Ishikawa Natsuo no estaría de cola de nadie… A no ser que hayan sentimientos de por medio, por mientras, seguía siendo un alma libre sin medir el peligro.

—Además el adulto responsable es Binnie, ¡hombre, hazte respetar!— bufé masticando con enojo un gajo de mandarina ¿Tenía razones para enojarme de un segundo a otro? Claro ¿Necesito esas razones? No, con solo ver sus caras juzgadoras ya me da rabia.

   Raiden estaba por hablar en su defensa cuando el estruendo de la puerta del pequeño depósito provoca que nos sobresaltamos y rápidamente nos pongamos de pie.

—¡Kurō-san, buenas tardes!— exclamamos al unísonio, se notaba el miedo en el tono de mis tres restantes mientras que yo solo lo hacía por mera costumbre pese a haberla visto ya.

—Yuu-chan— llamó al pelirrojo que se negaba a conectar miradas con alguien veinte sentimetros más baja que él —. Sé que fuiste tú quien quiso venir y arrastrar a los hermanos Bin aquí.

   Primera bandera roja -de enojo- de Kurō es que no responda al saludo, si no lo hace, ya sabemos que la cagamos gravemente.

—Lo siento — respondió el pelirrojo de inmediato —. Kurō-san si me lo permite, estoy en desacuerdo en quedarnos haciendo nada.

   Era raro escuchar a Yumiko tratando a Haruka todo el tiempo como una superior, al menos nosotros siempre teníamos la confianza con ella incluso cuando la cagabamos pero Yuu-chan traía tiempo siendo serio con ella.

𝑩𝒓𝒆𝒂𝒌 𝑰𝒕 𝑶𝒇𝒇 | ʸᵘᶻᵘʰᵃ ˢʰⁱᵇᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora