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Un día solo me gustaría escucharte decir "me gustas"... ¿Qué te detiene?
Estoy aquí pensando en todas las cosas que hice mal ¿Por qué me gustas? Estoy rompiéndolo.
«-¿Acaso te estás enamorando? Porque creo que sí lo estás hacie...
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El último día en que Taiju no estaba en casa antes de volver a desaparecer para navidad, Hakkai se había marchado en la mañana porque Inupi había pasado por él diciendo que el recreo había terminado al menos para él ¿Y Natsuo y yo? Terminábamos de decorar la casa mientras compartíamos traumas familiares como si estuviésemos hablando del clima o intercambiando recetas de cocina, era como un deshago innecesariamente necesario desde que admití que viviría en paz si Taiju nunca hubiera nacido como mi hermano mayor ¿De verdad deseaba que no existiera? No lo sabía con certeza, solo respondí antes de que tuviera oportunidad de pensarlo más a detalle y es que seguramente eso era lo que Ishikawa buscaba que hiciera.
Natsuo fue muy buena compañía desde que me negué a tenerlo como guardaespaldas, era como tener un amigo alquilado al que aún no le pago su renta.
—¿Volverás a tu casa en la semana?— cambié de tema mientras me volteaba a mirarlo.
—No estoy seguro, ¿debería ir?— hizo un puchero.
—Bueno, como estamos de receso festivo pensé que lo pasarías con tu familia— me encogí de hombros.
—A no ser que simule un accidente como el año pasado y me salve de su aburrida cena. — miró sus uñas cuál diva antes de poner ambas palmas debajo de su nuca.
—¿Simulaste un accidente?— pregunté impresionada.
—Ataque de hormigas— sonrió orgulloso.
—El accidente más tonto del mundo.
—Mis amigos de Ankō pensaron lo mismo, pero a todos se cayó la boca cuando vieron que mi familia ni chistó y solo me deseó una pronta recuperación con felices fiestas, hasta me enviaron una canasta — le miré incrédula, pensando que me estaba gastando un mal chiste, él bufó y rodó los ojos —¡Te lo digo! El 85% de mi familia prefiere paseando por Japón que en la casa cumpliendo con mis deberes familiares.
—Dime un solo de esos deberes familiares, el más difícil— señalé.
—Casarme— se encogió de hombros.
—¿Casarte?
—Y tener hijos— sonrió —, de hecho ya tengo uno.
Mis ojos se abrieron como platos.
—Pero no biológico y aún no nace— aclaró provocando que soltara todo el aire que no sabía que tenía retenido. — Hace poco estuve sexualmente involucrado con una chica que aún no sabía que estaba embarazada y pensamos que era hijo mío hasta que el tiempo de su embarazo no coincidía con nosotros, entonces mi familia le dió techo a ambos porque no tienen otro lugar.
