=𝟷𝟽=

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Yuzuha

     Todavía recuerdo la última conversación que tuve con mi madre, cada día es más lúcida que ayer pero no será más de lo que será mañana, no era algo que me atormente, al contrario, me consolaba la mayoría de las veces recordar que mamá pensó y se preocupó por su familia hasta durante sus últimos alientos. Lo único que me carcomía después de eso era comenzar a recordar cómo había empezado todo, los abandonos de papá, los abusos de Taiju, el comenzar a aprender a cómo atender y curar las heridas de Hakkai y mías para no levantar sospechas entre la gente del hospital, y lo más doloroso de todo, fue comentárselo a un pedazo de piedra con el nombre de mi madre tallado en él mientras solo lloraba sin recibir el consuelo físico que siempre me calmaba y aún así lo pedía entre sollozos mientras me sobaba la mejilla machucada, imaginaba que en vez de hacerlo por mi misma, era mi mamá la que lo hacía.

—Protegeré a nuestra familia— Siempre lo dije para agradecerle de alguna forma todo lo que había hecho por nosotros y, además, para darle el descanso que se merecía después de que su cuerpo pasase por tanto dolor.

     Por años protegí a Hakkai y decidí finalmente tomar una oportunidad que un extraño que no conocía me había ofrecido, lo creí conveniente y decidí hacerlo sola, tenía que hacerlo sola, tal y como llevaba haciéndolo todo este tiempo.

     Pero el destino me presentó con otros comodines que hasta ahora no supe que necesitaba para seguir mi camino, pasé de pedirle perdón a mi hermano dos años menor que yo por las conductas de nuestro hermano mayor al escucharle decir que va a protegerme por más que le cueste la vida hacerlo. Me emocioné, las lágrimas solo brotaba de mis ojos debido a la emoción de saber finalmente que no estaba sola  y que nunca lo estuve realmente.

—¡TENEMOS QUE AYUDAR A HAKKAI!— fue lo que Takemichi Hanagaki declaró estando codo a codo con mi hermano menor.

—¡¡Voy a proteger a Yuzuha, incluso si eso es lo último que haga!!— Hakkai estaba haciéndole frente a Taiju y me sentía tan orgullosa de ello, mis esfuerzos daban frutos y al final comenzaba a creer que era cierto cuando todos decían que lo das vuelve al doble.

—¿Ves? Sí existen mejores maneras de solucionar las cosas, y todo empieza pidiendo ayuda— comentó Ishikawa a un lado mío, el albino delgado se encontraba exhausto y en su mirada perdida podía notarse con claridad. Asentí en respuesta.

     «Yuzuha, no estás sola, ¿o sí?» Quedé perpleja al sentir un calor familiar cubrir mi cuerpo, desde mis hombros y extendiéndose por mi espalda y torso, como si fuera el más amoroso de los abrazos. Como si fuera un abrazo de mamá. Quizás... podría llegar a atreverme a ser feliz de una vez por todas, y si ello llegara a suceder, sería gracias a todos ustedes.

     Me sobresalté al sentir una mano en mi espalda baja, Natsuo me acariciaba en círculos y al momento de mirarle solo me dedico una pequeñísima y débil sonrisa de lado.

—Gracias — seque mis lágrimas.

     Sentí una de sus manos rodeando mi brazo, rápidamente él nos empujó dentro de las bancas para esquivar a una de las personas que se encontraban en combate. Los cuerpos volaban y así como eran arrojados, se incorporan y salían a pelear otra vez. Era increíble la fuerza de voluntad de los chicos.

—Me encargaré de que salgamos de aquí sanos y a salvo— musita mirando con enojo a Inui, quien había arrojado a Chifuyu hacia nosotros momentos antes.

—Pero afuera nos esperan cien soldados— recordé las palabras de Taiju con preocupación —. Y el vicecapitan del primer escuadrón comprobó que no era mentira.

—Muy bien cambio de planes— asintió y me observó con decisión—¿Qué opinas de morir jóven?

     Parpadeo repetidas veces sin creer lo que me estaba diciendo :—No es opción.

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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𝑩𝒓𝒆𝒂𝒌 𝑰𝒕 𝑶𝒇𝒇 | ʸᵘᶻᵘʰᵃ ˢʰⁱᵇᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora