Niño

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Reino Lykos - 1947

"Cualquier verdad puede convertirse en una mentira y cualquier mentira puede ser una verdad"
—Ugh

Las siguientes cuatro horas, él señor Kim se mantuvo encerrado en su habitación. Seokjin aprovechó para limpiar lo que faltaba y cuando finalmente el celo del Señor Kim se había terminado, su actitud melosa también lo hizo y ambos con un carraspeo incómodo habían regresado a sus labores oficiales. Namjoon se había encerrado en su despacho para empezar con los preparativos y reuniones ejecutivas que había mantenido inconclusas.

Ahora debían ser cordiales y estrictamente profesionales, después de todo los betas mantenían estrechos lazos con sus labores y su alfa, pero solo los omegas podían mantener aquellos amistosos y amorosos para brindarle calidez al hogar.

Seokjin aprovechó para arreglar su habitación y limpiarla. El aroma a trigo del beta anterior le molestó, no le gustaba que un aroma diferente al suyo o de su alfa se mantuviera en la casa. La idea de que alguien más lo atendió lo enfureció y se encontró sorprendido al percatarse de lo molesto que se encontraba por ello.

Estaba reaccionando más allá de lo debido, tenía que mantenerse neutral y recordar su entrenamiento. Gruño y su aroma se extendió como una ola de mar por la habitación, eliminando cualquier rastro ajeno hasta prácticamente mezclarse con la tapizeria.

Mantenerse neutral.

La puerta fue abierta minutos más tarde mientras él terminaba de doblar su ropa. Se giró y él señor Kim lo observó en el umbral, vestido con una camisa blanca de tela suelta y un pantalón negro que marcaba su cintura. Sus ojos eran como prisiones que lo mantenían rehén, tan profundos mientras recorrían el lugar. Se sentía nervioso porque era su primera interacción profesional y sabía que muchos habían abandonado la labor.

—¿Dormiras aquí? —Su voz grave contenía un regaño y una melodía tan firme y gruñona que lo asustó un segundo.

—¿Señor? —Seokjin no comprendía que estaba mal, pues había revisado que esta era la habitación de los mayordomos. —Por supuesto.

Las cejas de Namjoon se fruncieron y sin pedir permiso alguno, empezó a mover con sus propias manos muchas de sus pertenencias para salir con ellas.

—¡Señor Kim!.

—Estas muy lejos de mi habitación. Me molesta. —Sus pasos largos lo guiaron hasta la habitacion más cercana, quedando entre la recámara del señor Kim y la suya, un único cuarto vacío que pertenecía a los omegas durante su período de adaptación. Aquella zona sería lo único que los separaba como protocolo pero aún así no era usual.

—De acuerdo señor Kim. —Seokjin no rechisto las órdenes de su alfa y tampoco comprendió el repentino cambio de habitación. Pronto fue por su ropa y luego estaba nuevamente doblandola en la habitación escogida por su señor. Namjoon ingresó y más conforme, comenzó a emanar feromonas de Pino.

Territorial.

Estaba marcando la habitación hasta que su aroma casi podia saborearse si Seokjin estiraba la lengua. Le brindó paz y casi ronronea pero se controló. Neutral, neutral, neutral.

Namjoon se apoyó contra el umbral y lo observó fijamente. Su mirada pesada se mantenía en su figura y Seokjin se encontró confundido y consciente de ello. Era como si lo escaneara y él se lo permitió, después de todo en medio de la nebulosa del celo él señor Kim no había estado precisamente consciente. Y era terriblemente vergonzoso que ambos recordarán la actitud de hace unas horas, los momentos compartidos desde que llegó.

SR. KIM | NAMJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora