De alfas y posesiones

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Al día siguiente y después de dormir abrazados, Seokjin guió a Mark y Dong Hua por los terrenos de la mansión. Cuando terminó el recorrido ya habían transcurrido cuatro horas y en ellas Seokjin había aprendido muchas cosas sobre su hermano.

A Mark le gustaban los deportes, bailar y en general todo aquello que implicara destreza física. Sin embargo, era terrible para cocinar, consolar y coquetear. Era más austero y tímido, reaccionando con falsa molestia a los cumplidos pero sonrojándose en medio de su ceño fruncido. Confesó que, aunque le había ido bien con los omegas, había sido porque ellos lo habían buscado primero por ser guapo. También detestaba estar rodeado de alfas porque se sentía desafiado o burlado al ser alfa regular.

Sus notas no habían sido muy buenas al inicio porque extrañaba mucho a su padre y para un alfa en formación era terrible crecer sin un lobo que lo guiará. Los últimos años había mejorado y ahí había conocido a Dong Hua, su actual mejor amigo. Los dos habían aplicado para trabajar con él señor Kim, cargo que, aunque Seokjin se sorprendiera, no era muy popular por el terror que le tenían al alfa. Su orgullo de ser mandados por alguien como él con quien no tenían la mínima posibilidad de salir victoriosos en una pelea les impedía sentirse seguros a su alrededor.

—Los alfas son un poco extraños y tontos la mayoría de las veces. —Había opinado Seokjin al respecto y luego había agregado con seguridad. —Excepto tu y Dong Hua, mi hermano es el mejor.

Dong Hua y Mark simplemente querían estar con un alfa que les permitiera no relacionarse mucho con los demás. Aunque Dong Hua era un alfa fuerte y sabio, no poseía aquel extraño orgullo alfa y prefería estar con lobos de su mismo rango que no buscaran pelearse por estupideces veinte veces al día. Sin embargo, demostraba confianza y apego en Mark y lo observaba atentamente la mayor parte del tiempo aunque Mark no se diera cuenta.

Por otro lado, Seokjin le había contado como se había conocido con él Señor Kim y su hermano había terminado tan rojo y estupefacto que necesito unos minutos de silencio para calmarse. Luego le había susurrado con cariño y advertencia que jamás mencionara el asunto a nadie más. Obviando entonces el tema, continúo explicándole lo sucedido en los últimos tres meses y medio y el vínculo que habían estado formando poco a poco.

Esto le funcionó para entender y aclarar las confusiones sentimentales y mentales que tenía con respecto a los conflictos que habían tenido. Su hermano le explicó con calma y cariño las emociones que no entendió en su momento. Aprendió lo solo que se sintió cuando llego la omega con la madre de Namjoon, lo cuidado y protegido cuando su amo lo defendió, el sentimiento de estabilidad y pertenencia al tener su anillo y la excitación de su estómago cuando había bailado con él y luego casi besado sobre el piano. Como un rompecabezas unió poco a poco todo aquello que se había quedado sin conclusión en su cerebro, aquello que le causaba migrañas y rabia consigo mismo. Era muy diferente saber qué era algo a sentirlo, experimentarlo y superarlo.

Eran las tres de la tarde cuando regresaban tomados de la mano y solo entonces Seokjin se sintió calmado, la paz de su mente lo arrullaba, se sentía más humano que títere, más estable que salvaje, más querido que ignorado.

De repente, su hermano se había inclinado un poco y había señalado su espalda. Ante la mirada confundida de Seokjin, rodo los ojos y dijo. —Sube a mi espalda.

Seokjin no entendió y con todos los demás se habría negado (Excepto con su amo), pero al ser su hermano se encogió de hombros y saltó. Al estar sostenido y observar sobre su cabeza pelirroja, rió y lo rodeó con los brazos. Mark comenzó a correr y Seokjin estiró una mano como si tocara el cielo. Sus aromas se entrelazaron y en sus mentes destellos de recuerdos pintaron sus ojos, ambos evocando un par de niños pequeños que hacían lo mismo y reían mientras un hombre los seguía en la lejanía, en este caso Dong Hua.

SR. KIM | NAMJIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora