▪︎ Cap 7 ▪︎

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Narra Ayelen

-¡No! ¡Es ella! ¡Corran!- Empezamos a correr lo más rápido que pudimos para terminar de cruzar el río, rapidamente, el señor castor encontró una pequeña cueva en la que todos podíamos escondernos con facilidad.

Se escuchó como el tintineo se detenía justo arriba de nosotros. Jack nos abrazó, intentando protegernos, mientras que Peter trataba de hacer lo mismo con sus hermanas.

-Iré a ver- Jack y Peter susurraron al mismo tiempo. ¿Que les pasa por la cabeza a estos chicos?

-¡No! ¡Sin ustedes Narnia no será libre! ¡Son una pieza clave en todo esto!- Hablo el castor -Iré yo- ¡Por dios! ¿No es mejor quedarse ocultos hasta que se vaya?

Al contrario de mis pensamientos, el castor fué a ver que era lo que sucedía, no sin antes recibir los mejores deseos de su esposa. No se escuchaba nada aparte de nuestras asustadas respiraciones.

-¡Salgan! ¡Espero que se hayan portado bien este año, porque alguien vino a visitarlos!- Salió el castor de la nada, sobresaltádonos.

Salimos todos con precaución. Un hombre con un traje rojo y una gran barba canosa nos esperaba,
¡Era Santa!

-¡Feliz navidad!- Gritaron Matew y Lucy completamente emocionados.

-Si que lo es, pequeños, desde que ustedes han llegado- Habló Santa.

-Mira, he aguantado muchas cosas hasta ahora, pero esto...- Empieza a hablar Susan nuevamente con sus ideas.

-Creímos que era la bruja- Le comento al señor.

-Lo lamento, pero en mi defensa, llevo más tiempo que la bruja conduciendo uno de estos.

-Pensé que no había navidad en Narnia- Dijo Jack, tenía razón, eso lo dijo el señor Tomus.

-No, no la ha habido desde hace mucho, pero la esperanza que ustedes nos han brindado, Majestades, ha debilitado el poder de la bruja. Aún así, creo que esto les vendría bien- De si trineo saca un gran saco que supongo que debe estar lleno de regalos.

-¡Obsequios!

Lucy y Matew se acercaron a Santa, pues este les hiba a entregar sus regalos. El gran señor sacó un cinturón donde había una daga y lo que parecía ser un frasco.

-El jugo de la flor de fuego, una gota cura cualquier herida. Y aunque espero que no tengas que usarla...- Santa le hablaba a Lucy.

-Gracias señor, pero creo que puedo ser muy valiente- Respondió Lucy.

-Estoy seguro que sí, pero las batallas son asuntos feos.

Nuevamente volvió a sacar algo del saco, y esta vez fue un cinturón parecido al de Lucy, pero de color azul. En este había una daga junto con un frasquito transparente, que dentro se lograba observar un líquido celeste.

-Lagrimas de dragón, con ellas podrás fabricar lo que desees. Hace mucho tiempo la bruja blanca logró robarse el frasco más grande que tenía, y a causa de su soberbia este se fué agotando, pero confío en que lo usarás con inteligencia y sabiduría.- Santa le entregó el cinturón a Matew, al que si mirabas bien sus ojitos, te podrías dar cuenta cuán emocionado se sentía.

-Gracias señor- Contestó Matew observando su nuevo cinturón.

Nuevamente volvió a sacar algo del saco, esta vez eran dos arcos, uno con plumas rojas y el otro, azules. También sacó un cuerno y una cajita redonda de color dorado.

-Susan y Ayelen, confíen en su arco y no fallarán fácilmente.

-Creí que las batallas eran asuntos feos.

Las Crónicas de Narnia (Edmun y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora