▪︎ Cap 10 ▪︎

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Narra Ayelen

Supe lo que Peter y Jack harían, por lo que tomé una flecha, y apunté hacía ella con mi arco, distrayendola con mi propia presencia "Perra" fué lo que mis labios pronunciaron.

Corrí mientras tomaba una de las espadas del suelo. Me abalancé a ella. No tenía mucho conocimiento sobre el uso de la espada, sin embargo; sabía defenerme. Con mucho esfuerzo logré hacerle frente a la Reina.

Al menos hasta que caí junto mi hermano y Peter. Jack pasó uno de sus brazos por alrededor de mi abdomen, colocandome aunque sea un poco detras de él y de Peter. La bruja se acercaba con claras intenciones de clavarnos la espada en medio del pecho, nosotros tres solo pudimos retroceder temerosos sobre nuestras espaldas.

Un rugido. Aslan.

Las chicas estaban junto a él, al igual que muchos narnianos.

Jadis se sorprendió, pues claro, según ella, el gran León estaba muerto. El verdadero Rey de Narnia saltó sobre nuestras cabezas, agarrandola con sus cuatro patas, estrellandola contra una de las rocas, devorándola.

Nosotros veíamos todo sorprendidos, observando a las criaturas pasar con rapidez.

Las hermanas y mi hermanito, llegaron para darnos un cálido abrazo, el cuál obviamente correspondimos.

-¿Y Edmund?- Preguntó Susan.

Ahí fue cuando recordé.

-¡Edmund!- Fui corriendo hasta él, sin darme cuenta de la presencia de uno de los enanos enemigos a mis espaldas, pero por suerte Susan le dió con una de sus flechas.

Ed ya se veía realmente mal. Respiraba entrecortado.

Los demás llegaron al rededor, quitándole el casco y Susan apoyando su cabeza sobre su regazo.

Lucy abrió su pócima, dejando caer una gota en los labios de Edmund.

Dejó de respirar. Solo un momento después soltó un gran suspiro, volviendo a llenar sus pulmones de aire. Al instante fue abrazado por todos nosotros, como pudo, él correspondió. A nuestro lado, Aslan comenzaba a devolverle la vida a todo aquel que había sido apuñalado por la bruja. Matew abrió su frasco y dejó caer un gota del líquido en el suelo, haciendo que aparezca un botiquín de primeros auxilios. Lucy y él se dieron una mirada y luego se levantaron sonrientes para ir a ayudar a los narnianos caídos.

[...]

Nos encontrábamos en Cair Paravel, el castillo de los siete tronos. Susan, Lucy y yo vestíamos unos hermosos vestidos, más bellos de los que usábamos antes, mientras que los chicos usaban un traje que los hacía mas lindos de lo que ya son. Hoy era el día de nuestra coronación, decir que estábamos un poco nerviosos era mentir.

-Aye, ya es hora- Llamó Susan.

-Si, vamos.

Al llegar a la entrada del gran castillo, los demás ya nos estaban esperando.
Me posicioné a la derecha de Susan y a mi izquierda estaba Lucy, en el lado izquierdo de la mayor estaba Aslan y al otro lado de él estaban: Jack, Peter, Edmund y Matew, justo en ese orden. Caminamos por el gran pasillo rodeado de narnianos, tranquilos y sin prisa, aunque por dentro estaba temerosa a tropezar y hacer el ridículo.

Llegamos hasta estar frente a nuestros correspondientes tronos, los cuáles estaban justo en el orden en el que habíamos entrado.

Aslan volteó al público y comenzó a decir:

-En nombre de océano de Oriente, la Reina Lucy, la valiente.

-En nombre de océano de Oriente, la Reina Lucy, la valiente

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Las Crónicas de Narnia (Edmun y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora