▪︎ Cap 9 ▪︎

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Narra Ayelen

Minutos después, fuimos por algo de comer. Sentí pena por Edmund, comía como si no hubiera comido un bocado en días.

-Deja algo de pan para Narnia- Bromeó Lucy.

-Les darán algo para el viaje de regreso- Dijo Jack, el cuál estaba un poco más alejado del resto al igual que Peter.

-¿Regresamos?

-Ustedes sí, le prometí a mamá que los mantendría asalvo- Tomaron asiento al lado mío -Y con Jack hemos llegado a un acuerdo, nosotros nos quedáramos un tiempo aquí.

-Pero nos necesitan- Contradije yo.

-Aye tiene razón, nos necesitan, a los siete- Dijo el menor.

-Es demasiado peligroso, tu y Lucy casi se ahogan y Ed casi muere, Mat.

-Es por eso que debemos quedarnos, los siete, juntos. He visto con mis propios ojos todo lo que la bruja puede hacer y la he ayudado en eso- Dijo Ed con la cabeza gacha -No quiero que por mi culpa sufran los demás.

Susan y yo nos miramos decididas -Pues supongo que ya está decidido.

-¿A donde van?

-Tenemos que practicar- Dije mientras tomaba mi arco y mis flechas.

Estuvimos unas buenas horas entrenando nuestras habilidades en el campamento, claro, hasta que llegó la Reina enunciando que por ley todo traidor era de su propiedad, eso significaba que Edmund se tenía que ir. Él retrocedió con un poco de temor a lo que tomé su mano y le brindé una sonrisa tranquilizadora, haciendo que él me la devulva aferrándose más a mi mano.

Aslan pidió un tiempo con la Reina... a solas.
Todos teníamos un aura de temor y nerviosismo. Los hermanos parecían los más afectados.

-Hey, Aye, tengo algo que decirte- Él hablaba muy bajito, como si quisiera que solo yo lo escuchara.

-¿Que es, Ed?

-Am... cuando fui preso de la bruja me sentía muy solo, pero al pensar en ti eso cambiaba y sentía que estaba completo- Siento como mi corazón palpita más rápido -Cuando estoy cerca de ti, siento mariposas en el estómago y no quiero que te alejes de mí. No se que son estos sentimientos, pero lo que sé es que te quiero a mi lado siempre.

Para esos momentos los tonos rojizos pintaban mi cara, ¿Era una declaración?

-Edmund yo... me siento de igual formas contigo- Le sonreí, mostré en ese momento una de mis mejores sonrisas.

Él suspiro mientras tomaba mi mano.
-No sabes lo feliz que me hace escuchar eso.

Finalmente con nuestros sentimientos declarados y nuestros rostros sonrojados. La Reina desistió con la idea de llevarse a Ed, con extrema felicidad, lo abracé con fuerza al igual que sus hermanos, los mios y uno que otro narniano.

[...]

Ya era de noche y yo estaba con Mat y Lucy en la carpa de las chicas hablando bajito para que Susan no se despierte. Hasta que nos pareció ver una sombra pasar por en frente de la carpa. Nos miramos entre nosotros y despertamos a la mayor. Tomamos nuestras pertenencias, los menores tomaron sus cinturones, mientras que nosotras, las mayores, tomamos nuestros arcos y flechas. Vi que Susan también tomó su cuerno así que yo tomé mi brújula.

Al salir de la carpa no había nada, así que abrí mi brújula y nos guiamos con ella. Hasta que logramos ver una silueta. Aslan.

En silencio lo seguimos por el bosque, hasta que se detuvo y lo escuchamos decir: -¿No deberían estar dormidos?

-No podíamos dormir- Dijo Matew.

-¿Podemos acompañarte?- Pregunté yo.

-Supongo que un poco de su compañía no haría mal- Aslan parecía triste al hablar, justo como lucía al terminar de hablar con la bruja.

Tengo un mal presentimiento.

Los minutos de caminar pasaron hasta que el gran León volvió a hablar.

-Hasta aquí llegamos. Gracias, chicos. Hasta nunca.

Nos miramos entre nosotros y sin que nos escuche, lo seguimos, escondiendonos entre los arbustos. Hasta que llegamos a un punto de reunión, donde se encontraban muchas criaturas con aspecto horrible, la bruja se encontraba allí también.

Nos escondemos detras de una gran roca, manteniendo una prudente distancia, mientras observamos que es lo que pasa.

-Admiren al gran León.

Aslan comienza a caminar entre ellos. La bruja estaba hablando, pero estaba tan preocupada por el gran León que no le presté mucha atención. De un momento a otro las criaturas comenzaron a cortarle el pelo a Aslan mientras lo tenian atado de las patas.

-¿Por qué no se defiende?- Murmuró Lucy.

Gritos. Golpes. Aullidos. Era todo lo que escuchaba.

La bruja se agacho junto a al gran León y dijo: -Aslan, estoy muy decepcionada de ti ¿En verdad creíste que con tu muerte salvarías al humano traidor? Estás dandome tu vida sin salvar a nadie, diste mucho por amor... - ¿Se sacrificaria para salvar a Ed?

Ella le habló en alto a sus súbditos:

-¡Esta noche la gran magia al fin se aplicará! Pero mañana ¡Voy a conquistar Narnia! ¡Para siempre! Ya se enteraron... y ahora... ¡Muere!- Bajó sus dos manos al mismo tiempo dando justo en el pecho de Aslan con su daga. Ahogué un grito y abrace a Matew escondiéndo su cara en mi cuello, escuché como lloriqueaba. Yo no lograba despegar la mirada de la horrorosa escena, mientras sentía como las lágrimas bajaban por mis mejillas.

-¡El gran gato, se ha ido!- Gritó y las criaturas gruñeron -Preparen las tropas- Ordenó.

Esperamos hasta que la bruja junto con sus seguidores se fueran, dejando todo bacío en la mitad de la noche, miramos el cuerpo del León y ahí fue donde nos abrazamos y lloramos. Lucy sacó su frasco pero su hermana la detuvo.

-Se ha ido- dijo Susan.

Estuvimos toda la noche hasta la madrugada con Aslan, dormimos ahí y cuando despertamos vimos como pequeños ratones se acercan al cuerpo del León y comienzan a desatarlo. Nos levantamos y nos miramos entre nosotros.

-Hay que avisarles

-No quiero dejarlo- Dijo Lucy.

-Lucy, no hay tiempo. Devemos irnos- Respondió su hermana.

-Los árboles- Dije mirando al rededor.

Enviamos la noticia al campamento a través de los árboles. Estabamos por irnos, dejando al gran León detrás, pero al momento de bajar las escaleras, un movimiento brusco nos hizo parar. Cuando volteamos vimos la mesa de piedra partida.

-¿Donde está Aslan?- Preguntó Matew.

Detras de unos arcos de piedra, el sol estaba saliendo, al igual que un figura, al detenerse vimos que era Aslan y estaba nuevamente con su gran melena.

-¡Aslan!- Corrimos hacia él.

-¿Pero como...? Vimos a la bruja

-Si la bruja hubiera entendido el significado del sacrificio, habría interpretado la gran magia de otro modo, cuando una víctima voluntaria que no ha cometido traición alguna es ejecutado en lugar del traidor. La mesa de piedra se romperá y tal vez hasta la mierte misma dará marcha atrás.

-Se dió la noticia de tu muerte, Peter, Jack y Edmund, ya deben estar en batalla- Dijo Susan.

-Tenemos que ir también- Lucy sacó su daga.

-Asi sera querida, pero no solos- Aslan me miró -Creo que deberías ir a apoyar.

-¿Estaran bien?- Pregunté mirando a las hermanas y a mi hermanito.

-Si, ve con los chicos.

Yo asentí y Susan, Lucy y Matew se subieron al lomo de Aslan y se fueron dejándome sola. Pero de inmediato saqué mi brújula y me dirigí hacia la batalla. Lista para pelear.

Al llegar, mis ojos presenciaron como la bruja blanca enterraba su daga en el abdomen de Edmund.

Las Crónicas de Narnia (Edmun y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora