Epílogo.

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La música sonaba alto mientras Moon cantaba del mismo modo tratando de terminar una de sus esculturas, bailaba al rededor de esta dándole los últimos toques. La canción cambio y Come on Eileen comenzó a sonar, al escuchar la música proveniente del ático Elizabeth corrió por las escaleras hasta el estudio de su madre, le gustaba esa canción, principalmente porque según lo que había escuchado decir a la tía Lena esa era la primera canción que habían cantado sus padres juntos.

-¡Mami! -chillo la pequeña para que Moon la tomara en sus brazos y al hacerlo sonrió satisfecha.

-¡Lizzy! -le dio un sonoro beso en la mejilla. -¿Cómo te fue en la escuela hoy, cariño? -la sentó en una mesa mientras se dirigía al estéreo para bajar el volumen de la música.

-Henry jalo mi cabello otra vez. -hizo un pequeño puchero al tiempo que sobaba su cabeza con una mano.

-Oh, ¿papá hablo con él ya? -preguntó volviendo a darle toda la atención a su hija.

-Síp.

-¿Y que le dijo? -se acercó a ella y le soltó las dos coletas.

-Papi le preguntó porque me molestaba y él le dijo que porque le parecía linda. -se tapo el rostro con sus manitas.

-¿Ah, sí? Espero que le haya dejado claro que así no se conquista a una niña. De igual forma eres muy pequeña y te dan asco los chicos, ¿no?

-Sí, wacala. Son feos. -Moon sonrió ante la respuesta de Lizzy.

-Así se habla. -chocaron los cinco. -¿Y papá y Dhapne?

-En la cocina. -movió sus pies de atrás a adelante.

-¿Quieres bajar? -le preguntó poniéndose a su altura. Lizzy asintió y volvió a tomarla en sus brazos.

Bajaron juntas las escaleras mientras la música seguía sonando arriba, Lizzy tarareaba la canción y Moon la cantaba. Al llegar a abajo dejo a la niña en el suelo y encontró a Daphne en sentada junto a las escaleras jugando con el gato negro que habían adoptado unas semanas antes. Al ver a su mamá la niña dejo al gato en paz y fue a abrazarla.

-Hola, Daphne. -besó su mejilla.

-Mami. -sonrió. -Papá esta haciendo el almuerzo. -hizo una mueca.

-Yo arreglaré eso. Tú y tú vayan a quitarse el uniforme. -les ordenó.

-Sí, señora. -dijeron al unísono y corrieron hasta su habitación.

Moon avanzó hasta la cocina donde el olor de que algo se quemaba le molesto la nariz. John estaba frente a la estufa con una toalla envuelta en llamas, fue hasta él, le quito la toalla y la tiró en el lavavajillas.

-¿Ahora que bicho te pico? -rió.- Tú no sabes cocinar.

-Vale, lo sé, pero no sé, quería cocinarte. -se acercó a ella y le besó.

-Y eso es tierno, pero me parece que mejor ordeno comida china.

John giró a ver lo que estaba en la estufa e hizo una mueca de desaprobación igual a la de su hija.

-Me parece que es lo mejor. -ella rió antes de ir por el teléfono.

En 5 minutos ya había ordenado la comida e intentaba hacer que las gemelas pararan de correr al rededor de la mesa.

-Dhapne, Elizabeth paren ahora. -remarcó la última palabra con la respiración agitada gracias a que tuvo que perseguir a las niñas por toda la casa. Estas dos rieron y volvieron a echar a correr.

-Niñas, ¿podrían hacerle caso a su madre? -preguntó John al chocarse con ellas al salir de la cocina, asintieron y fueron a sentarse sobre el sofá.

In my veinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora