Organizando sus cuadernos sentada en el suelo con una taza de café a su lado abrió el numeró 75, había en una de las hojas un dibujo de Macon a lápiz, el castaño sostenía un libro entre sus manos y estaba sentado en una de las mesas de We are Coffee esperando su orden. Ella lo había dibujado pensando que era lindo y tranquilo, nunca habría imaginado que terminaría siendo el chico que la consolaría durante dos años de profunda soledad.
Igualmente él nunca pudo llenar ese vacío que escondía en su pecho, aquel vacío que John llenó con un simple roce de manos.
Había odiado romper el corazón de Macon tanto como odio presenciar como sus ojos azules perdían el brillo que tanto los caracterizaban. Ella lo había convertido en lo que Neith la había convertido años atrás.
Recordaba perfectamente las palabras que el ojiazul había pronunciado antes de marcharse de su apartamento.
No importa cuanto tiempo pase, Moon. Yo siempre voy a esperarte.
Aquello la había hecho sentir lastima porque ella bien sabia que nunca regresaría con él. No mientras estuviera John con ella.
Dejó el cuaderno en su lugar y se levantó al notar que los cuadernos ya estaban en montañas de a 20 y no regados por todo el suelo. Se acostó en la cama donde John se encontraba leyendo un poema de José Asunción Silva sentado con las piernas cruzadas.
A veces, cuando en alta noche tranquila
sobre las teclas vuela tu mano blanca,
como una mariposa sobre una lila,
y al teclado notas arranca,
cruzando al espacio de la negra sombra
filtran por la ventana rayos de luna,
que trazan luces largas sobre la alfombra,
y en alas de las notas, entre otros lugares
vuelan mis pensamientos, cruzan los mares...Le escuchó recitar con los ojos cerrados, lo único que estaba alrededor era su voz y nada más. Con John ya no había soledad ni noches vacías, ya no había tristeza ni corazones rotos, ya no habían recuerdos ni llanto, solo sonrisas y noches contando estrellas, solo habían largos viajes y música vieja sonando en la radio, solo había días enteros de dibujarse el uno al otro y tazas de café. Ya no había nada que la rompiera más por dentro, solo una infinita felicidad.
Aunque de vez en cuando el miedo se hacía presente, el miedo de perderlo y que se llevara todo de ella con él, el miedo de no volver a escuchar su voz o de no volver a ver sus brillantes ojos negros. Y es que él ya era parte de ella y no tenía ni la mas mínima idea de que pasaría con ella si se la arrancaran de la nada.
Abrió los ojos al sentir los dedos de John jugando con su cabello, se había acostado junto a ella y le sonreía con la mirada sobre sus ojos.
Moon no entendía como había pasado tan rápido, pero se había enamorado y no estaba arrepentida de aquello porque ese amor era lo único que la hacía sentir que estaba viva.
Estaba segura que nunca en su vida se había sentido así, ni siquiera con Neith, y que jamás volvería a sentirse así con otra persona que no fuera John.
-¿En que piensas tanto, Moon?
-En que te quiero. -dijo sin pensar, pero al segundo se arrepintió y escondió su cara entre el hueco entre la cabeza y el hombro del castaño, él sonrió, pero ella no lo noto.
-También te quiero, Moon. -susurro en su oído y le dio un beso en el cabello.
Ella no respondió, pero él sabía que sonreía.
-¿Por qué cada vez que me hablas pronuncias mi nombre? -le preguntó aun apoyada en su hombro.
-Porque tu nombre es hermoso al igual que tú, Moon. -respondió y ella volvió a esconder su rostro para que no notara el color carmesí de sus mejillas.
De igual forma él ya lo había notado y le encantaba. Ella le encantaba, le encantaban la cara que hacía al dar el primer sorbo a su café, como amarraba los cordones de sus botas, la forma en que recogía su cabello con un lápiz, la cara de concentración que ponía cada vez que dibujaba, la forma en como se achinaban sus ojos al sonreír, adoraba su flequillo y el color rojo de su cabello, el color de sus ojos y sus pecas, adoraba todo lo que podía hacer con una hoja de papel y un lápiz, adoraba su risa y sus sonrisas. Él la adoraba de pies a cabeza como era y nunca la cambiaría por nadie porque ella era única.
-¿John? -susurró ella sacandolo de sus pensamientos.
-¿Hum?
-Quiero enseñarte algo.
-¿Que cosa?
-Solo vistete. -se levantó de la cama y camino hasta el ropero para tomar sus botas de combate, se sentó en el suelo y se las puso mientras John se colocaba su camiseta y sus zapatos.
Para cuando se levantó del suelo John ya estaba listo, tomo las llaves y sus celular y salieron del apartamento bajando por las escaleras.
-¿A donde planeas llevarme, Moon?
-No es un burdel así que no te emociones. -él solo rió y la siguió hasta salir del edificio. Subieron a la vieja camioneta de Moon y ella encendió la radio luego de arrancar.
Sonaba Iris de Goo Goo Dolls, la pelirroja la cantaba en susurros mientras John solo se limitaba a escucharla. Su voz lo llenaba de paz y tranquilidad y deseaba no dejar de escucharla nunca.
El viaje era un poco largo y Moon ya se había fumado 4 cigarrillos junto a John en el transcurso. Finalmente estaciono en una solitaria playa, bajaron y caminaron descalzos sobre la arena con sus zapatos colgando de una de sus manos mientras la otra permanecía entrelazada con la del otro.
El cielo estaba gris, lo que dejaba claro de la lluvia de aproximaba, el mar estaba completamente azul y las olas chocaban violentamente contra las rocas, se sentaron en la orilla, donde el agua rozaba los dedos de sus pies.
-Tu me enseñaste tú lago así que quise enseñarte mi playa. No mucha gente viene aquí porque las montañas tapan el sol y hace mas frío que calor, pero para mi esta bien y espero que para ti también.
-Esta perfecto para mi. -le sonrió.
Ella volvió su vista hacia las rocas luego de devolverle la sonrisa. De perfil se veía hermosa, digna de admirar, con su cabello siendo enredado por el viento y sus ojos concentrados en el horizonte. Era ahora o nunca.
-¿Moon?
-¿Sí? -lo miró.
-Hay algo que debo hacer desde hace mucho y... -ella le interrumpió.
-Solo bésame, John.
Y así lo hizo.
La tomó de la nuca y la acerco a él hasta rozar sus labios.
La besó y aquella fue la mejor sensación que había experimentado jamás.
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In my veins
Short Story"Nothing goes as planned. Everything will break. People say goodbye. In their own special way. All that you rely on. And all that you can fake. Will leave you in the morning. But find you in the day." In my veins -Andrew Belle cover por -satan