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Una larga noche más de muchas pasadas y futuras.

Moon se encontraba una vez más sentada en la barandilla de su balcón con las piernas suspendidas en el aire, un cigarrillo en su mano derecha y una botella de vodka en la izquierda.

Con cualquier movimiento involuntario podía caer, pero esa noche eso no pasaría.

Bebió el ultimo sorbo de la botella para dejarla completamente vacía y la tiró al vacío que había bajo sus pies para luego escuchar como segundos después el vidrio se hacía añicos. Bajó de la barandilla y entró a se apartamento aun con el cigarrillo entre sus dedos. Le dio una calada.

Esa era la usual rutina de Moon Shivers, cada noche, desde hacía ya unos dos años.

Apagó el cigarrillo contra el cenicero y volvió a recoger su largo cabello pelirrojo en un rodete alto con un lápiz.

Miró el reloj que colgaba en la pared de su improvisada sala. 03.24. Mierda.

Para ser sinceros no tenia sueño, pero al día siguiente tenia clases en la prestigiosa escuela de arte Drew's Art y no podía otorgarse el placer de llegar tarde a su primer día de clases.

Con su característica lentitud se acostó en su cama matrimonial entre las sabanas blancas.

Era una cama tan grande y ella estaba tan sola. Se arropó de pies a cabeza. El frío le congelaba los huesos. Cerró los ojos con fuerza y deseó, una vez más, estar muerta.

El sonido de su irritante despertador inundó sus oídos.

Quería quedarse ahí, dormida, sin moverse y con frío, pero eso no iba a ser posible ese día. Alargó el brazo sin aun salir de entre las sabanas y apagó el despertador. Salió de la cama y su cabello cayo vagamente por sus hombros hasta rozar su cintura. Caminó lentamente hacia el baño, puso a llenar la tina y se miro al espejo.

Bajo sus grandes ojos grises habían también grandes ojeras del mismo color, sus labios estaban carcomidos de tanto morderlos y en su cara delgadas venas de color morado y verde se mezclaban con sus innumerables pecas doradas. Parecía zombie.

"Bonita primera imagen." pensó para si misma.

Se desprendió de la única prenda que la cubría, un jersey verde de su irritante novio Macon y se metió en la tina. Echó la cabeza hacia atrás y se quedo mirando el techo. ¿Había mejor cosa que hacer? No.

Se hundió completamente bajo el agua, le gustaba hacer eso. Cuando sintió que ya no podía soportar mas salió bruscamente y tomó una bocanada de aire.

Salió de la tina y se envolvió en una toalla, caminó hasta la habitación sintiendo como el frío calaba hasta sus huesos. Le gustaba el frío. Era lo único que sentía.

Se colocó su ropa interior y busco algo que ponerse. Finalmente tomó una camiseta básica sin mangas, una camiseta a cuadros 3 tallas mas grandes de las necesarias, un jean holgado y sus botas de combate.

Se miró de nuevo al espejo y se dio cuenta de que sus mejillas ya habían tomado color y las venas habían desaparecido.

Tomó su cuaderno de tapa gris, cuatro lápices, una goma y lo echó todo en una mochila. Guardó la cajetilla de cigarrillos y mechero en el bolsillo de su pantalón y salió del apartamento.

Bajó las escaleras con total calma. No tenia prisa. Al llegar a abajo le regalo una sonrisa forzada al portero y salió del edificio para luego montarse en su vieja camioneta chevrolet modelo 72 de un color vino tinto bastante apagado.

Manejó despacio hacia la escuela de arte a pesar de todos los que se quejaban de su velocidad detrás de ella, parqueó frente la escuela, bajó y miro hacia la entrada.

Macon y Lena la esperaban en la puerta. Adoraba a Lena. Odiaba a Macon. Se acerco a paso lento y cuando se encontró frente a ellos Macon la tomó de la cintura y le planto un beso en los labios. No sintió nada.

-Hola, linda. Te ves preciosa hoy. -le susurró al oído.

Puso los ojos en blanco y sonrió.

-Macon, es hora de que te vayas. Nuestras clases van a empezar y tu vas a llegar tarde. -comentó la linda chica de cabello azul que estaba a su lado. Lena.

-Es cierto, mejor me voy. -volvió a besar a su novia-. Te amo.

-Yo igual. -mintió.

-Ahora sí me voy. Adiós, Lena. -y así desapareció de la vista de ambas chicas.

Entraron con su pausado paso a las instalaciones de la escuela sin mencionar palabra.

-No has hablado. -le dijo la peliazul.

-¿Y?

-Vamos, Moon. ¿Que pasa?

-Nada, Lena.

-A mi ni me mientas que no te creo, eh.

-Le extraño.

-Lo has recordado.

-Siempre lo hago, Lena.

-Lo sé, Moon. Pero debes superarlo.

-¿Con quien? ¿Con el patético de Macon?

-Oh, no. Con el no. Aunque hay que decir que él te adora.

-¿Y de que le sirve eso?

Lena solo encogió los hombros. Moon sacó uno de sus lápices y se dispuso a recoger su cabello con este pero se deslizó torpemente entre sus dedos cayendo a los pies de un chico de cabello castaño. Se agachó a recogerlo pero él ya lo había tomado.

-¿Es tuyo?

-No, solo me encanta recoger los lápices del piso porque no tengo para comprar los míos. -habló con sarcasmo y le arrebato el lápiz de las manos.

-Vale, ya entendí. Sí es tuyo.

-Gran descubrimiento. -entonó con sarcasmo una vez mas y recogió su cabello. Él le sonrió, pero ella no se dio cuenta.

-John Lewis. -estiró su mano y ella la miro dudando entre tomarla o no.

-Moon Shivers. -la tomó y sintió un escalofrío recorrerla de pies a cabeza.

Sintió. Lo miró a los ojos y se encontró con que estos eran tan negros como la noche.

-Un gusto, Moon. -volvió a sonreirle y sus piernas temblaron.

¿Que rayos le ocurría?

Soltó bruscamente la mano de John y este la miro extrañado.

-Lo siento. Debo irme. -se giró a ver a Lena, pero ella ya no estaba a su lado. Maldición. -Adiós, John. -se alejó a paso rápido, algo no muy usual en ella.

-Espero verte pronto, Moon Shivers. -gritó John a sus espaldas.

"Yo espero que no." pensó y busco el aula que le correspondía. Dibujo Natural.

In my veinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora