YA HABÍAN PASADO DOS MESES desde su victoria con el Azotamentes, y disfrutaban de una vida tranquila, sin tener que preocuparse por monstruos de otras dimensiones
Billy ahora tampoco era un problema para las hermanas Mayfield, estaba al margen con ellas, tal y como lo había prometido, y su relación con ellas estaba mejorando poco a poco
Bueno, una de ellas
Max no lo entendía. A ella no le molestaba el cambio de Billy, si se notaba un poco más feliz
Mary sabía que el buen humor de su hermana se debía a Lucas, tienen una extraña conexión, pero bonita
Los Byers celebraban cada día que Will ya era libre, invitando al grupo de niños a su casa cada semana, creando recuerdos de un adolescente normal
Mary consideraba esa como su segunda casa, era maravilloso como la recibían allá, como alguien más de la familia
Joyce la trataba como una hija, con un cuidado que Mary nunca había sentido
Mary amaba a su madre Susan, pero no había podido entablar una conexión buena de madre e hija. La preocupación de Susan por Mary no era tan profunda como la que Joyce mostraba, ella la hacía sentir segura
Amaba pasar tiempo con ellos, con Will, Will definitivamente era su favorito de los Byers, es increíble como conecta tan bien con él, son muy parecidos y diferentes al mismo tiempo
Cuando ella va a la casa del castaño se desbloquean recuerdos felices, de ellos dos solos, es simplemente maravilloso cuando están ellos dos solos, no es necesario que estén haciendo algo, con la compañía del otro se sienten bien
Mary tocó el timbre de la casa Byers, encontrándose con Joyce
—Mary, ¿Cómo estás, cariño?— Joyce envolvió a Mary en sus brazos, dándole un cálido abrazo
—Bien, ¿Cómo estás tú, Joyce?
—Muy bien, cariño, Will está adentro
Mary le agradeció a Joyce y paso a la casa, encontrándose con Jonathan en la sala
—¡Hola, cuñada!— Jonathan la saludo revolviendo su cabello, ya desde hace un mes la llama así, y a ella no le molesta para nada
—Hola, Jonathan
Se adentró al pasillo de las habitaciones, dirigiéndose a una que ya conocía perfectamente por todas las veces que ha entrado
Tocó la puerta tres veces con sus nudillos, recibiendo un adelante del otro lado de la puerta
Cuando entro pudo ver que Will estaba dibujando en su escritorio, cuando giro en su silla sonrió al ver que era ella
—¡Byers!— Mary se abalanzó a abrazarlo, enrollando sus manos en el cuello del ojiverde— ¿Qué hacías?
—Dibujaba— Will se sentó en su cama alzando los hombros
Pero Will no se dio cuenta de que dejo la libreta abierta justo en ese dibujo, pero ya era muy tarde, Mary lo tenía en sus manos
—¿Soy yo?— Will se paralizó al ver que la chica le mostraba el dibujo, pero se relajó un poco al ver que una sonrisa adornaba su cara
—Eh... Bueno, si— Mary vio con ternura como se rascaba la nuca
—Es hermoso— se sentó a su lado poniendo su cabeza en el hombro de Will
—¿Tú crees?— Will puso su cabeza sobre la de Mary
—Si, perfecto
En el dibujo se podía apreciar una chica, su cabello era pelirrojo y un poco ondulado, se podían apreciar las pequeñas pecas que abundan en toda su cara, y unos lindos ojos azules con mezcla de gris, que para la vista de Will son los más hermosos que existen
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El castillo Byers era el lugar favorito de Mary, esa pequeña casita de madera le encantaba
Will miraba a la chica con una sonrisa, Mary tenía su cabeza recostada en las piernas del castaño mientras leía un comic de X-men, a Will le daban ternura las expresiones que hace cuando lee, cuando frunce el ceño porque algo no le gusta, o cuando se muerde el labio cuando está nerviosa, le encantaba verla leer
—¿Por qué me ves tanto?— pregunta Mary divertida, no le molestaba en lo absoluto, pero le intrigaba saber
—No te estoy viendo— se excusó el chico
—¿Entonces que estabas viendo?— Will vuelve a posar su mirada en la pelirroja y sonríe
"Lo hermosa que eres"
—La cucaracha que tienes al lado
Mary enseguida se apartó del lugar con una cara de terror, apegándose a Will. Al ver que no había ninguna cucaracha miro a Will con el ceño fruncido, quién se estaba riendo
—No te rías, idiota, te estás aprovechando de mi miedo a las cucarachas
—Lo siento— cuando Will pudo recuperar la compostura se dio cuenta que su cara estaba peligrosamente cerca de la de Mary, causando un sonrojo de su parte
—Te ves tan tierno sonrojado— al darse cuenta de lo que dijo, sus mejillas también se pusieron rosadas, eso solo hizo sonrojar más al chico— Sabes Will, me alegro mucho de haberte conocido
—Yo también me alegro de haberte conocido, Mary— Will sonrió
Oh, esa maldita sonrisa, la derretía, era, simplemente hermosa
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Un abrazo, un beso y un mordisco en el pescuezo :)
