Capítulo 1

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Bella

Me despierto por el sonido del despertador, me levanto y entro al baño. Cuando termino de darme una ducha salgo del baño envuelta en una toalla, iba a quitármela para cambiarme de ropa cuando me acuerdo de eso por lo que me acerco a la ventana y cierro la cortina. A continuación me quito la toalla y me pongo la ropa. Cuando ya estoy vestida entro de nuevo al baño y me peino, una cola alta debería bastar. Cuando termino de arreglarme cojo mi mochila y salgo de la habitación bajando las escaleras y entrando a la cocina.

—Buenos días mama, papa, renacuajo— saludo besando la mejilla de mi madre, la de mi padre y revolviendo el pelo de mi hermanito.

—Buenos días hija, ¿Qué tal has dormido?— pregunta mi madre con una sonrisa.

Me encojo de hombros— Bien, me quedé hasta tarde estudiando— digo sin importancia conociendo perfectamente la respuesta que me darían.

—Hija ya sabes que...-— empieza a decir mi padre, lo interrumpo.

Suspiro, siempre era lo mismo— Si sí, ya lo se, se que no debería sobreesforzarme tanto y dormir más pero sabéis que no puedo hacerlo, los exámenes están cada vez más cerca y necesito ser la mejor para poder acudir en un futuro a una buena universidad— les recuerdo lo mismo de siempre.

No dicen nada más, termino de desayunar, me despido y salgo de casa. Rápidamente me subo al coche y arranco alejándome de allí antes de que le diera por aparecer, no lo había visto a través de la ventana esa mañana y sinceramente lo agradecía.

Me llamo Isabella Parker, pero prefiero que me llamen Bella, soy de baja estatura, pelo rubio y ojos color miel. Tengo 17 años y estoy estudiando mi penúltimo año de instituto antes de ir a la universidad. Vivo junto a mis padres y mi hermano pequeño en el centro de Madrid. La gente suele definirme como aburrida y friki ya que me paso la mayoría del tiempo estudiando en vez de salir junto a mis amigas, pero sinceramente me daba igual, yo tenía bastante claro lo que quería ser en el futuro y como quería hacerlo y nada ni nadie haría que cambiara mis planes. Tengo varias amigas pero con la que mejor me llevaba era con Ellie, era mi mejor amiga y confidente, nose lo que haría sin ella. Era la delegada de clase y pretendía serlo durante todo el tiempo que me quedara en el instituto. Tenía varias reglas y entre ellas estaba la de ser la mejor de la clase y costase lo que me costase iba a conseguirlo. Cuando pretendo hacer algo no paro hasta conseguirlo, soy muy competitiva en ese aspecto, no me gustaba nada perder.

Cuando llego al instituto aparco en mi sitio, cojo mis cosas y bajo del coche. No me dio tiempo a dar un paso cuando unos brazos me rodearon, no pude evitar sonreír al reconocerla.

—¡Bella!— exclama feliz abrazándome.

—Hola Liv— sonrío devolviéndole el abrazo.

Liv era bastante impulsiva, pero era muy alegre y amable, eso era lo que más me gustaba de ella, siempre tenía una sonrisa en la cara, además siempre podía confiar en ella para lo que fuera, era la mejor amiga del mundo.

—¿Cómo estas Bella?— me pregunta con una gran sonrisa.

—Estoy bien Liv y tu también por lo que veo— me burlo, ríe, con ella siempre teníamos esa broma ya que siempre estaba alegre, era casi imposible que algún día estuviera mal, pocas veces la había visto mal por lo que era muy raro el día que lo estuviera.

—¿Y que tal con él idiota?, ¿Te ha dicho algo hoy?— me pregunta curiosa.

—Liv te lo he dicho muchas veces, llámalo como se merece, y no, por suerte no me lo he encontrado esta mañana—digo aliviada.

Liv iba a decir algo cuando de pronto...

—¿Me buscabas?

Giro los ojos al escuchar ese típico tono burlón que tanto odio, todo estaba siendo muy bonito como para ser verdad.

Ya empezamos.

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