Capítulo 21

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Tyler

—Buenas noches Tyler— escucho que murmura.

Suspiro tumbándome. Le doy la espalda.

Sabia que no seria fácil.

Cierro los ojos y me quedo dormido.


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Me despierto sobresaltado al notar movimiento a mi lado. La miro y la veo con sus manos sobre sus ojos, sollozando.

Se me partía el corazón verla así y más al saber que yo era el causante de ellas.

—¡Bella! ¿Estas bien?— pregunto muy preocupado.

Me mira. Noto confusión en su mirada. Pero también notaba dolor. Como desearía hacer desaparecer todo ese dolor.

Me mira pero no dice nada. Acerco la mano a ella con la intención de acariciar su mejilla. La aparta de un manotazo.

—Bella…

—No.

Suspiro— Por favor Bella. Quiero hablar contigo.

Me lanza una mirada fulminante — ¡¿De que?! ¿Para que quieres hablar? ¿Para volver a hacerme daño? No gracias— dice dolida.

—No Bella. Solo quiero…

—Pues yo no quiero. No quiero escucharte. No quiero escuchar lo mucho que me odias. Ya me ha quedado claro. Ese día lo dejaste bastante claro— murmura con lágrimas en los ojos.

Me dolía. Que me rechazara era más doloroso que una puñalada. Odiaba esta situación. Lo peor es que me lo merecía. Yo lo había empezado todo.

—Bella. Por favor— agarro su mano.

Se suelta— ¡No! ¡¿Por qué me haces esto?!— me mira con sus ojos llenos de lágrimas—. Se que me odias y que te gusta hacerme daño. Pero esto es demasiado. ¿Porque no me dejas en paz? No me merezco todo esto— solloza—. Me he pasado noches sin dormir, llorando, por tu culpa. Porque hace diez años se te ocurrió la brillante idea de decirme que me odiabas. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué si me odiabas desde siempre, no me lo dijiste desde el principio? ¿Por qué hiciste que te volvieras mi mejor amigo y que te quisiera tanto? ¿Por qué me hiciste tanto daño? Yo nunca te he hecho nada malo, me pase esos ocho años intentando ser la mejor amiga posible— me parte ver su mirada llena de dolor—¿Porque me partiste el corazón? ¡¿Por qué?!— abraza sus piernas y esconde la cabeza en ellas llorando.

Siento las lágrimas empezar a salir de mis ojos. ¿Por qué tuve que hacerle eso? Me odio profundamente por haberle echo todo eso. Jamás tuve que mentirle. Jamás tuve que decirle que la odiaba, cuando lo único que quería decirle era que la quería más que a nadie en el mundo.

Ya no lo aguantaba más.

—A la mierda— murmuro.

Levanta la cabeza. Me mira confundida— ¿Cómo?

Lo siguiente que se es que la estoy abrazando con fuerza contra mi pecho. Aspiro el olor de su pelo.

Dios, como la había echado de menos.

La había pillado por sorpresa, por lo que se encontraba tensa. Con los brazos colgando.

—Por favor, no vuelvas a decir que te odio cuando lo único que he hecho todos estos años ha sido odiarme por lo que hice y extrañarte como un loco. Se que te he hecho mucho daño y te juro que jamás me perdonare haberte hecho tanto daño. Pero por favor, déjame enmendar mi error— la miro intensamente a los ojos —. Déjame recuperarte. Te prometo que te lo compensare. Haré lo que sea para que me perdones, pero por favor, no me alejes— pido, suplicante, con lágrimas en los ojos.

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