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— N-No, Y-YoonGi— Pronunció JiMin mientras se removia bajo del cuerpo de YoonGi, el cual estaba besando el cuello del menor— No quiero, no.

YoonGi sonrió malicioso y mordió levemente el cuello del menor provocando una corriente eléctrica en este.

— ¿Seguro que no quieres? Tu cuerpo dice otra cosa.

JiMin negó.

— Porfavor, no— Pidió JiMin en un susurro cuando YoonGi acercó sus labios a los de JiMin, provocando que estos se toquen.

YoonGi solo sonrió y se separó de JiMin quien suspiró aliviado. El mayor se sentó al lado de JiMin, mientras que este quedó estirado en la cama observando el techo de color blanco.

— Sé lo que estas pensando— Habló YoonGi burlon— Querías que te besara.

— N-No es cierto.

— Muñeco, conmigo no porque yo se todo— Dijo y JiMin suspiró.

— S-Solo... Es raro.

— ¿Que?

— Nada.

— Muñeco— Advirtió.

— Que quiero que me beses de nuevo, pero a la vez no porque no quiero pecar.

YoonGi soltó una carcajada.

— Ya pecaste lo suficiente, muñeco.

JiMin cerró sus ojos y tapó su rostro con sus brazos.

— Quiero ir a la iglesia.

— No puedes.

— ¿P-Por qué?

— ¿En serio lo preguntas? Si vuelves a ir te llevaré al infierno y ya no volveré a sacar. Tú eliges.

— P-Pero....

— JiMin— Advirtió y el menor se asustó ante el tono de voz— Te estoy advirtiendo, JiMin. No me hagas enojar.

JiMin se sentó en la cama y bajó la cabeza.

— Porfavor— suplicó JiMin.

YoonGi se levantó de la cama.

— Ve, pero ya no me volverás a ver— Dijo eso y desapareció de la habitación.

JiMin levantó su mirada y suspiró, antes de salir de su habitación y bajar hasta la sala, donde se encontraban sus padres.

— Padre, volveré a la iglesia.

🔥

JiMin entró a la iglesia y lo primero que hizo fue arrodillarse y comenzar a orar. Estuvo varios minutos allí, pidiendo perdón por todo lo que hizo. Sus lagrimas caían sin querer parar por lo arrepentido que estaba.

Cuando terminó se levantó y fue donde sus padres, quienes le dieron un pañuelo para que limpie sus lagrimas. JiMin se sentó y observó como el servicio comenzaba.

Las alabanzas y coros eran algo hermoso a sus oídos. Su sonrisa aparecía en su rostro cada vez que cerraba sus ojos y comenzaba a cantar.

Cuando el servicio terminó el se despidió de todos y cuando llegó al guitarrista este le sonrió.

— Eres jackson, ¿no?— Preguntó JiMin.

— Si, ¿y tú eres JiMin?

— Si.

— Había oído de ti— Dijo guardando su instrumento.

JiMin sonrió.

— Oye... ¿Tú me podrías enseñar a tocar guitarra?— Preguntó JiMin.

— Por supuesto. Tu solo me avisas cuando puedas.

— ¡Genial! ¿Mañana puedes?

— ¿Mañana?... Creo que si.

— ¿Nos vemos aquí a las cuatro?

— Si, esta bien.

JiMin sonrió y se despidió, para después ir donde sus padres.

— Padre, mañana vendré a clases de guitarra con Jackson.

— ¿En serio? Que bueno, así te distraes y quizás te hagas un amigo.

JiMin asintió y se subió al auto de su padre. El menor suspiró aliviado, ahora sentía un peso menos en su cuerpo.

Ahora ya no estaba atado a alguien. Lo había invocado porque pensó que nunca se iba a aparecer, y él solo lo decía de broma, no pensó que realmente podría pasar.

Observó la ventana y segundos después recibió una llamada de Taemin.

— Hola, JiMin... Yo quería pedirte perdón por lo que pasó ayer. No quería que te asustaras.

JiMin apretó sus labios.

— No importa— Respondió— ¿Cuando vamos a hacer el trabajo?

— ¿Mañana?

— Voy a estar ocupado.

— Entonces pasado mañana.

— Esta bien.

— Hum... Lo siento de nuevo, y nos vemos pasado mañana.

— Si, adiós.

JiMin cortó la llamada y miró a sus padres, quienes iban hablando entre ellos.






























































Amor de infierno ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora