Epílogo

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Hemet despertó al sentir como los rayos del sol le chocaban en el rostro. Hizo una mueca. 

Ella quería seguir durmiendo.

La puerta se abrió dejando ver a un hombre rubio.

La castaña sonrió con dulzura.

—Buenos días, girasol —la saludó.

—Buenos días, amor —saludó ella.

—Me alegro que despertaras. Hay que alistarnos, hoy es la boda de Rolf y Luna.

—Son las diez... —se quejó mirando el reloj que había en la habitación—. Es temprano —hizo un puchero.

—Hemet, cariño, tienes que ir a la peluquería, a que te maquillen y a hacerte las uñas —le recordó—. Tú me dijiste que te despierte a las nueve. Te dejé dormir una hora más. 

—Ya lo sé, Draco... —suspiró—. Voy a bañarme y a llamar a Lia. Nos iremos juntas al salón. ¿Tú que harás?

—Revisaré unas cosas de la empresa y regresaré para cambiarme e irnos a la boda.

—Bien —sonrió—. No puedo creer que Luna y Rolf se vayan a casar —chilló de emoción.

—Eso mismo dijo ella cuando nos casamos, amor —dijo divertido a su esposa.

Draco estaba orgulloso de sí mismo.

Había ganado.

Le había borrado la memoria a Hemet, le había quitado sus recuerdos y todos los cambió. Según él y los nuevos recuerdos de su chica, Hemet estaba en casa de Blaise y Lia porque ambos habían tenido una pelea. 

Destruyó los recuerdos de Blaise y Lia.

Theodore Nott no diría nada. Él se había encargado de eso.

Y hace casi un año se habían casado.

Casi 8 meses después de que por fin lograra que nadie apartara a Hemet de su lado, se había casado con ella. Habían hecho un juramento inquebrantable para que no pudieran separarse.

Dentro de poco cumplían un año de casados.

Serían felices.

Como él siempre quiso.

Draco agradecía mentalmente cada día a los Gemelos Weasley por la amortentia mejorada.

Ahora era feliz.

Y Hemet era suya para siempre.

FIN

Amortentia | D.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora