Capítulo III

958 79 3
                                    

Primera cita

Draco había llegado a las tres escobas.

Había separado una mesa para dos y ahora se encontraba sentado esperando y nervioso.

No pasaron más de 10 minutos cuando una castaña de ojos miel ingresó al establecimiento.

Llevaba un vestido naranja pálido, un saco y unas mallas negras.

Draco pensó que se veía hermosa.

La chica empezó a mirar al rededor buscando con la vista a su amado. Sonrió cuando lo localizó. Se acercó y cuando llegó ambos se sonrieron como tontos.

—Lo siento si te hice esperar mucho —dijo la chica.

—No te preocupes, llegué hace poco —sonrió.

Luego una mesera se acercó y ambos pidieron unas bebidas y algo para comer.

—Hum... Tengo algo para ti —dijo Draco nervioso.

—Yo no te traje nada, lo siento... —se disculpó avergonzada la chica.

—No, no, no era necesario. Pero quería darte algo —la tranquilizó.

Draco le tendió una caja de madera de aspecto viejo.

Hemet frunció el ceño con confusión, sin embargo, aceptó el detalle.

Abrió la caja y vio un juego de té hermoso.

—¿C-cómo...? ¡Por Helga, esto es carísimo! —dijo

—Fue un pequeño detalle... —dijo Draco.

—Gracias, gracias, gracias... —dijo la castaña con ojos brillantes.

Se levantó de su asiento y le dio un beso al chico, quien correspondió gustosamente.

Ambos se separaron y ella regreso a su asiento.

—¿Continuamos?

—Me encantaría —ella sonrió.

(...)

—Maldito, Malfoy. Me roba a mi mejor amiga y mi propio hermano menor tiene más suerte en el amor que yo —refunfuñaba Lia para sí misma.

Caminaba y no prestaba atención al camino, pero de pronto, chocó contra alguien.

—¡Por un demonio...! —estaba apunto de caer y alguien la sostuvo de la cintura— ¿Qué...?

—¿Estás bien? —dijo esa persona.

Lia alzó la cabeza y se encontró con nada más y nada menos que Blaise Zabini.

—Ehm... Sí. Sí estoy bien —inmediatamente se separó del moreno y se arregló la ropa.

—Debes tener más cuidado, Scamander. Chocar con personas a menudo es rídiculo —dijo el chico sabiendo de la torpeza de la Hufflepuff.

—Hablo el magnate de la clase alta —murmuró con sarcasmo—. Por cierto, no sabía que estabas enterado de mi existencia —dijo.

—Y al parecer tú de la mía.

—No eres un misterio. Sueles llamar la atención a menudo, Zabini. Sobre todo, tu madre. No hay año que no salga en los titulares.

—¿Ahora hablamos de familia, señorita tejón?

—No. Solo era un comentario. Como sea —rodó los ojos—. Me voy.

—¿Me dirás tu nombre? —preguntó Blaise.

—Pensé que ya lo sabías.

—Es cortés que tú presentes. Significa ser amable.

—No tengo razones para ser amable contigo.

—¿Y si te digo que no me lo sé?

—Pues revisa los anuarios —dijo y se fue.

—Me pregunto porque siempre me fijo en imposibles... —murmuró el chico para si mismo y siguió su camino.













Sé que es un poco corto pero es que no sé que más escribir para alargar estas escenas JAJAJA. Mi inspiración para las citas se fue en mi libro de "El trío del horror"

Amortentia | D.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora