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"¿Está todo bien?" Yuta preguntó mientras Miyeon salía de la habitación, Winwin ya había vuelto con Jaehyun.

"Sí, todo está bien." Dijo Miyeon, dándole una sonrisa a su guardián, pero la mirada preocupada no se desvaneció de su rostro.

"No lo parece." Yuta señaló. "¿Qué pasó?"

"Acabamos de hablar sobre el matrimonio". Dijo Miyeon antes de agregar rápidamente. "Lo que no sucedera, por cierto."

"Oh." Yuta dijo, su rostro decayendo.  "¿Estás triste por eso?"

Miyeon inmediatamente negó con la cabeza. "Para nada. Es un gran alivio, de hecho. Yo tampoco quería casarme con él".

Yuta pareció animarse con su comentario. "¿Oh? ¿Qué pasa entonces?"

Miyeon suspiró profundamente al recordar las palabras de Winwin.  "Yuta, la batalla contra las bestias de las sombras se acerca cada día más. Y uno de los herederos va a morir durante ella".

Yuta pareció entender su preocupación mientras asentía lentamente con la cabeza. Él extendió la mano, tomando sus dos manos entre las suyas y apretándolas ligeramente.

"No te preocupes Miyeon, soy tu guardián, tu protector. Arriesgaría mi vida una y otra vez solo para asegurarme de que nadie te ponga un dedo encima, ¿Entiendes eso?"

Miyeon asintió con la cabeza y Yuta sonrió mientras la miraba profundamente a los ojos. Por un momento, sintió como si no hubiera nadie más en la habitación, solo ella y Yuta.

Esto duró poco, ya que una pequeña tos hizo que Yuta la soltara de inmediato y se girara para ver quién era el culpable. Mark les dio a los dos una sonrisa descarada.

"Querían que los llamara". Mark explicó. "Hemos llegado."

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Miyeon tomó la mano de Yuta mientras la ayudaba a salir del dron, a la hierba de abajo. La mandíbula de Miyeon cayó al ver a su alrededor.

El dron se había detenido en medio de un valle, el lago reflejaba la luz del sol. Incluso los otros Arleanos tenían los ojos muy abiertos al contemplar la vista frente a ellos.

"Hermoso, ¿no es así?" Taeyong se rió entre dientes, trayendolos de vuelta a la realidad.

"Espera a encontrarte con el espíritu desagradable". Doyoung murmuró.  Parece que Doyoung no tenía una buena relación con la ninfa.

El grupo se dirigió a la orilla del lago, siguiendo a Taeyong y Johnny, quienes tomaron la delantera. A medida que se acercaban, el agua empezó a subir, formando la figura de una mujer.

"Whoa". Jungwoo jadeó cuando la ninfa se paró en el agua, con una sonrisa en su rostro. Los daverianos permanecieron impasibles, para su disgusto.

"Oh, vamos, lo mínimo que pueden hacer es sonreír"  Dijo la ninfa con un puchero.

"¿Deberíamos estar celebrando el hecho de que no estás atormentando a los aldeanos?" Doyoung respondió con los brazos cruzados.

"Yah, tu pequeño-"

"Um, hola." La ninfa se detuvo de arremeter contra Doyoung e instantáneamente se volvió hacia Mark, el dueño del pequeño saludo.

Miyeon observó cómo los ojos de las ninfas se suavizaban instantáneamente, como si compadeciera a su hermano menor.  Dio unos pasos hacia él, permaneciendo en el borde del agua pero lo suficientemente cerca como para que Mark pudiera extender la mano y tocarla si realmente quería.