𝗚𝗨𝗔𝗥𝗗𝗜𝗔𝗡 ─ 𝗻.𝘆𝘂𝘁𝗮 ✔

3

"¿Irnos? ¿Irnos a dónde?" Miyeon preguntó mientras seguía a Yuta y Mark por los pasillos. Estaban caminado, dirigiéndose hacia las esquinas que Miyeon nunca había visto antes. Todo lo que sabía era que estaba llendo, bajo tierra.

Se detuvieron en lo que parecía un sótano, pero uno de los estantes de vino se deslizó para revelar una puerta de hierro abierta. Al otro lado, Miyeon pudo ver un carruaje tirado por caballos y frente a este habían cinco caballos más.

El Rey y la Reina estaban esperando allí, junto con los sirvientes que ayudaban a Taeil, Haechan y Jungwoo a ajustar su equipo y sus caballos.  Uno de los sirvientes le pasó a Mark una gran espada con una joya azul en el centro del mango.

"¿Qué está pasando?" Preguntó Miyeon, mirando a la gente a su alrededor.

Su madre le dedicó una sonrisa gentil mientras daba un paso adelante, con una capa de color púrpura oscuro en la mano. Los ojos de Miyeon estaban pegados a la joya púrpura en la parte superior del cierre. La Reina la envolvió alrededor de los hombros de su hija y se lo puso.

"Hay muchas cosas que tenemos que explicarte, pero no hay suficiente tiempo". Dijo la Reina una vez que terminó, dando un paso atrás.

"Todo lo que necesitas saber es que ya no es seguro para ti aquí en Arlea". El Rey le dijo, una vez que su esposa se puso de su lado nuevamente. "Hay una gran amenaza en nuestro camino, por lo que esta gente los llevará a los dos a Davern".

El Rey hizo un gesto a la gente que se estaba preparando, y Yuta se unió a ellos. Le dieron a Miyeon una pequeña sonrisa cuando se volvió hacia ellos.

"¿Nosotros?" Dijo Miyeon, una vez que se dio cuenta de lo que habían dicho sus padres. Ella miró a Mark, quien no parecía desconcertado en lo más mínimo.

"Sí, te lo explicarán mientras estás en tu viaje. Será largo pero los suministros ya están empacados". La Reina explicó justo cuando un criado bajaba corriendo las escaleras.

"Su majestad, los guardias ya no pueden retenerlos". El sirviente informó al Rey y él asintió con la cabeza.

Los dos gobernantes de Arlea se turnaron para dar grandes abrazos a sus hijos.

"Miyeon, siento que tengas que pasar tu cumpleaños así, pero recuerda que te amo, los dos lo hacemos." Su madre le susurró al oído mientras su padre palmeaba la espalda de Mark.

"¿No vienen con nosotros?" Miyeon preguntó mientras su madre retrocedía. Ella sacudió su cabeza.

"El Rey siempre cae con el castillo y tu madre también ha elegido quedarse". Su padre les dijo a los dos.

"Sus guardianes han estado entrenando toda su vida para esto y Taeil y Jungwoo también los acompañarán". Añadió la Reina.

Pronto, un fuerte estruendo desde arriba los sorprendió a todos.

"Es hora de irnos." Yuta dijo, Haechan y Jungwoo ya estaban en sus caballos mientras Taeil guiaba a los dos caballos que tiraban del carruaje.

El Rey ayudó a Miyeon a subir al carruaje mientras Mark subía a su propio caballo.

Una vez dentro y sintiendo que el carruaje se movía, Miyeon se dio la vuelta, mirando por la pequeña ventana de la parte trasera. Vio como Yuta cerraba las puertas de hierro, bloqueándolas para que nadie pudiera pasar antes de volver a montar en su caballo.

Antes de que la imagen de sus padres desapareciera, juró que los vio brillar.

Yokai.

El caballo de Yuta galopó rápidamente hacia ella y Miyeon cerró la cortina, mirando hacia adelante de nuevo. Se encontró con los ojos de Taeil cuando se dio la vuelta, mirando hacia adentro.