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"¿Disculpa?" Miyeon exclamó con los ojos muy abiertos. El rostro de Yuta permaneció sin cambios, mirando la roca frente a ellos, con los brazos cruzados.

"Dirige tu energía hacia la roca. Y sigue haciéndolo hasta que se rompa". Repitió Yuta.

Miyeon había estado entrenando con el hombre durante un par de días, enfocándose en canalizar su espíritu interior. Ella lo habia dominado fácilmente y luego aprendió a manifestar diferentes objetos, pero hoy era la primera vez que Miyeon recibia entrenamiento de combate.

"¿Estás seguro?" Preguntó Miyeon.  Yuta dejó caer las manos a los costados.

"Miyeon, ¿Puedes siquiera intentarlo?" Preguntó Yuta, claramente frustrado. Miyeon vaciló antes de suspirar.

"Bien."

Miyeon cerró los ojos y respiró hondo. Canalizó sus poderes, como lo había hecho antes, pero esta vez, toda la energía iba hacia sus manos.

Una vez que Miyeon estuvo satisfecha con el orbe que se había formado en sus manos, detuvo sus poderes para agregar más energía antes de empujar sus manos hacia adelante, dirigiendo la bola hacia la roca.

Miyeon simplemente vio como su poder volaba de su mano hacia la roca y como la piedra se partío instantáneamente por la mitad.

"Mira, no fue tan difícil." Yuta dijo, procediendo a enseñarle el siguiente ejercicio.

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"¿Has estado en Davern antes?"  Miyeon preguntó mientras cabalgaba junto a Yuta.

El caballo de Jungwoo ahora estaba unido al carruaje, liberando a uno de ellos para Miyeon mientras él sentaba con Taeil. Miyeon había insistido en montar su propio caballo, queriendo aprender tanto como pudiera y aliviar la carga de los demás.

El paisaje comenzaba a cambiar lejos de las montañas nevadas, una señal de que el palacio de Davern estaba a solo una noche más de distancia. Una parte de Miyeon estaba emocionada de llegar a su destino, pero una parte de ella todavía estaba inquieta.

"No, pero conozco a algunas personas de allí". Yuta dijo, mirando detrás de él. Miyeon se dio cuenta de que era algo de lo que el hombre no quería hablar frente a los demás, así que decidió preguntarle sobre eso más tarde.

"Entonces, ¿cómo crees que lo estoy haciendo?" Preguntó Miyeon, cambiando de tema.

"Sabes, la gente tarda años en dominar sus poderes". Yuta declaró.

Miyeon hizo un puchero. "Supongo que no lo estoy haciendo tan bien entonces."

Yuta inmediatamente negó con la cabeza. "No, Miyeon. Lo estás haciendo mucho mejor que el promedio. Casi lo dominas."

Miyeon vio como Yuta apartaba la mirada, las puntas de sus orejas comenzaban a ponerse rojas. No pudo evitar sonreír ante el cumplido.

"Eso es sólo porque tengo un buen maestro". Miyeon respondió, ajustándose la capa.

Miyeon miró a Yuta y por el rabillo del ojo, pudo ver al hombre luciendo una sonrisa de satisfacción en su rostro.

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"No puedo creer que estaremos en el palacio mañana". Taeil dijo, cerrando su mano en un puño. El mapa que les mostraba desapareció de inmediato y Miyeon observó cómo sus ojos volvían a su color normal.

"¿Cómo es la gente de Davern, de todos modos?" Preguntó Jungwoo.  Los miembros mayores del grupo se volvieron hacia Yuta.

Yuta se reclinó en el tronco en el que estaba sentado, estirando las piernas con los tobillos cruzados. Cruzó los brazos sobre el pecho.