16. Yelena parte 2.

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¿Que pensaron?, Que solo fue esa vez en la que Monserrat Jeager y yo discutimos, ¡Ja!.

(...)

—¡Deja de fingir tu edad!— explote mientras la miraba

—¡Tu no sabes nada!— defendió ella —siempre e dicho que tengo dos años menos, cuando realmente a la única que le menti fue a tí—

La mire asombrada, me quedé en shock, tratando de reaccionar.

—Osea que tu.

—Yelena yo tengo dos años menos que tu, me hice pasar por una chica de tu edad solo para gustarte y así poder tenerte cerca de mi— me tomo de las mano y se acercó a mi —Yeye, realmente te quiero.

—¡No me toques!— rompí el contacto —¡NO TE VUELVAS A ACERCAR A MI!— le di un leve empujón hacía atrás y ella cayó al piso

—Yeye—

—Morgana te quiero, es más te amo, pero las mentiras nunca me han gustado.

—Lo se, pero...— ella se levantó del suelo y me abrazó. —Lo hice por amor—

—Eso no es amor— desvíe mi mirada te ella me tomo de las muñecas, su agarré comenzó a dolor.—¡Que me sueltes!— la tomé del cuello y la azotea contra la pared. —Me das asco— su mirada decía que tenía miedo, pero eso no me importo —Tus mentiras me dan asco, ya no sé si realmente tú me quieres.

(...)

—¿Quien es ella?— pregunté mientras metía a Morgana adentro de mi habitación

—Una amiga— hablo con miedo —Solo es una amiga—

—¡No me mientas!— la empujé a la cama y ella cayó al piso, error de cálculos.

—¡Cálmate!— se intentó levantar pero yo la volví a tirar

—Una amiga no te da besos en el cachete por qué si.

—Te lo juro, solo es mi amiga— su mirada reflejaba miedo, miedo a mí.

—No te creó.

—Yeye— ella se intentó acercar a mí y yo reaccione de la peor manera

Estampé mi mano en su cachete y Vi como su cara giro, la tomé de las muñecas y la sacudí.

—Dime, ¿¡Quien diablos es!?, ¿¡Cómo se llama!?.

—Se llama Na...Nana...Nanaba— sus ojos estaban llenos de lágrimas pero ella no las quería soltar

—Vete, no te quiero ver— abrí la puerta de la habitación y la Vi salir corriendo.

—¿Que pasó?— entro Pieck

—Cierra la puerta y ven conmigo— ella obedeció y cerró la puerta.

(...)

—¡YELENA!— ella estaba en el piso, tenía sangre en su nariz y su labio está roto. —Para—  suplicaba

—Me estabas engañando con ella— la mire con asco y desprecio.

You are my  beautiful weakness. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora