No sirve de nada una promesa sin intenciones de cumplirla, de nada sirve arrepentimiento sin intenciones de remediar tus errores.
No sirve una lealtad prometida si al primer momento te darán la espalda. No sirve un titulo sin significado alguno más...
Girando el anillo colgado en un collar sobre su cuello, observaba la luna con atención, tan sólo siendo acompañado por los sonidos de la noche. Se encontraba acostado sobre una gruesa rama de árbol, la luz lunar filtrándose entre las hojas de este para chocar con su rostro, haciendo notar un poco más el verdadero color de sus ojos. Soltó un suspiró inaudible y dejo de girar su anillo para simplemente contemplar la luz de la única luna visible en Raidha.
Miro en todas direcciones a su alrededor, sólo para asegurarse de que no hubiese nadie cerca. Apretó levemente sus labios y jugó nerviosamente con sus manos.
—...Si tú...si todavía estuvieras aquí... ¿Qué...qué me recomendarías hacer?
Su voz sonó suave, dedicada a la nada mientras la luz lunar se reflejaba en sus ojos, el silencio nuevamente lo acompañó junto al sonido de la naturaleza. Suspiró nuevamente al no encontrar respuesta, tampoco es como que realmente la esperara, sin embargo, siempre había preservado esa pequeña esperanza de volver a ver esa persona, de que la imagen de sus ojos apagándose entre sus brazos haya sido nada más que una pesadilla, una ilusión...una mentira; otra de sus bromas.
Llevo una mano a la liga que mantenía atado su cabello en una trenza y simplemente la soltó...se sentía agobiado, aun si el peinado no presionaba su cabeza, simplemente sentía todo tan pesado...necesitaba algo de ligereza.
Sus hebras obscuras danzaron suavemente junto al viento mientras él simplemente se puso de pie sobre la rama sin apartar la vista de la luna, aun podía ver sus ojos a través de la luz de cualquier luna, aun escuchaba su suave risa entre los murmullos de la multitud que lo rodeaba al salir a buscar algo de dinero para poder sobrevivir adecuadamente.
—...Harías sin duda alguna las cosas más fáciles -musito sintiendo un peso asentarse en su pecho.
Observando el anillo en la delgada cadena adornando su cuello soltó un suspiro. Los recuerdos lo invadían cada tanto, cada semana, cada día...cada noche. La sensación del calor apagándose entre sus brazos, de la fría sangre escurriendo en sus manos...de esos ojos cerrándose perder brillo frente a él...todo lo atormentaba.
Dio un salto para bajar de la rama y colocarse nuevamente en la supuesta seguridad del suelo, entonces, mirando una vez más a la luna, murmuró con cautela-... Pero está bien, estaremos bien
Su piel se erizó al sentir algo rozar su mejilla, ajeno totalmente a su cabello. Observó por el rabillo del ojo como aquella hoja de árbol, tan suave...tan gentil, rozaba su piel. Frente a sus ojos, aquella hoja tomó rumbo hacia la luna, su danza tan grácil, desafiando el cruel viento que podría ir en su contra.
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Sonrió enternecido por la repentina calma que lo invadió. Inspiró un poco antes de girarse sobre sus propios talones para comenzar a caminar nuevamente de regreso a la posada. Detuvo sus pasos inmediatamente al observar a Theo frente a él, abrió sus ojos con sorpresa al verle tan repentinamente...por alguna razón el castaño también parecía sorprendido.
