Capítulo 11

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—...El paso de los oasis puede ser una buena ruta de escape

Elijah propuso mientras observaba como su maestro se levantaba de la cama con ayuda de el castaño. Apenas despertando, Caleb había insistido acerca de seguir moviéndose. Para este punto, sus cabezas ya eran reclamadas por todo el reino de Raidha y, muy probablemente de Uruz, a un alto precio por traición a los deseos de aquella a la que aclamaban -en muchos casos- como la diosa suprema.

El paso de los oasis, conocido también como el paso sin sol, lugar donde la luz de las cuatro lunas y las estrellas son lo único que acompañan a los viajeros a través de un camino donde la oscuridad de la noche es eterna, donde jamás brilla el sol, donde el frío de la noche es casi insoportable...incesante, cruel para aquellos que se atreven a desafiar su suerte para entrar al lugar.

Las miradas confusas de Caleb y Theo se posaron sobre el cambiante quien, aclarando su garganta, se dispuso a explicar su teoría de la mejor forma posible.

—...Para evitar los abusivos impuestos para atravesar la frontera de Raidha hacia Uruz, los mercaderes suelen consultar con expertos del paso del oasis para lograr cruzar y llegar hacia Uruz sin ser detenidos, por supuesto, es una ruta complicada y muy específica; pero bien podemos hacer el intento.

—...Será un viaje complicado -comentó con honestidad el de cabellos castaños mientras pasaba uno de los brazos de Caleb por encima de sus hombros para ayudarle a sostenerse de igual forma, teniendo la delicadeza de sujetar su mano y llevar una mano a la cintura ajena para ayudarlo de mejor manera- Probablemente necesitemos un guía.

—Algún mercader debe de conocer la ruta...quizás si le llegamos al precio, entonces logremos hacer algo. -musitó apenas audible Caleb, tratando de no poner tanto peso sobre los hombros de Theo.

—Pero maestro, no podremos ir con usted en este estado -comentó Elijah, sólo ganándose un pequeño suspiro agraciado de parte del heredero de Mannaz.

—...Estaré bien, mis heridas han curado lo suficiente y mi cuerpo ya ha descansado demasiado. Además, no podemos quedarnos tanto tiempo en un mismo lugar y no podremos estar ocultos mucho más.

Escuchando muy apenas la conversación entre Caleb y el cambiante, Theo sujetaba con suavidad a su amigo en el intento de darle un soporte en el que apoyarse. Se sentía inconforme, demasiado a decir verdad...pensar en que Caleb tendría que soportar el dolor de sus heridas nuevamente para cruzar un camino de quien sabe cuanta distancia...un desierto, en el frío de la noche ¿Y él tendría que quedarse callado, viendo a Caleb resistiendo todo eso? No podía negarse...era la única forma de permanecer a su lado, acompañándolo a través de ese tablón casi roto en el que se había reducido su camino de vida.

Con resignación, escuchó el plan del cambiante y Caleb, tan sólo...tan sólo esperaba que no resultara en algo de lo que se podrían arrepentir después.

tan sólo esperaba que no resultara en algo de lo que se podrían arrepentir después

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