4.2 El comienzo de una venganza🌻

118 28 3
                                    


Taehyung 

— Listo, nos vemos ahí. 

Dejé el teléfono en el asiento trasero y conduje hacia la dirección, que Jungkook me dio.

En una hora, estuve en el sitio acordado.

Parquee mi auto en la plazoleta, frente a un lugar algo llamativo de nombre BLUME FLAME. Tome mi teléfono y marque el número de Jungkook, pero este no contestaba. Dispuesto a marcar una segunda vez, lleve mi teléfono nuevamente a mi oreja, pero antes de poder realizar la acción, siento que alguien da tres toques en la ventana del auto, haciendo que me coloque en alerta. Echo un vistazo y entonces veo a Jungkook del otro lado. Sonrió, aunque sé que él no puede verme y abro la puerta para que entre.

— ¿Todo bien? — Pregunta una vez entra y cierra la puerta.

Asiento y pregunto, lo que realmente me importa en estos momentos.

— ¿Dónde está?

Veo a un Jungkook totalmente incómodo ante mi pregunta, y sé que algo pasa con él, lo cual no me conviene, porque para llevar acabo mi plan lo necesito a él, necesito a la única persona en la que puedo confiar.

— Taehyung. —Empezó y dirigió su mirada al frente, tratando de no hacer contacto con mis ojos. —Hay algo que tengo que decirte antes. Yo no creo, que ese chico haya hecho al....

— ¡Basta Jungkook! —Espete con firmeza. —Ya habíamos hablado de esto.

Jungkook era mi primo y una excelente persona, que me apoyaba en todo lo que le pedía. Pero esta vez, había algo que no lo dejaba ayudarme tranquilamente con mi plan, y eso me preocupaba, porque era la única persona en la que confiaba para esto.

— Pero Taeh...

Intento nuevamente, pero no lo deje, interrumpiendo sus palabras.

— ¿Dónde está?... —Jungkook miro por la ventana del auto. Espere unos segundos, por su respuesta, pero parecía no querer hablar, así que agregue. —Me debes lealtad Jungkook. Se la debes a mi padre. Se la debes a Doyoung. Así que, no olvides eso.

El asintió y luego mirándome a los ojos, soltó.

— Está en la discoteca-bar de ahí al frente.

Sin saber que decir, con la tención palpable en el aire, solo pude asentir. Entonces, cuando creí que no diría nada más, Jungkook agrego.

— Este favorcito te va a salir bien caro Taehyung. Uno de los Jung me está jodiendo, y no sé qué tanto dure mi jodida paciencia, con ese mocoso.

Asentí.

— Relájate hermano. Solo es cuestión de algunas semanas y todo habrá acabado—Asegure entonces, colocando mi mano en su hombro y dándole una sonrisa, la cual me devolvió inmediatamente.

Recuerdo que cuando éramos pequeños, con Jungkook nos caracterizábamos por ser unos niños muy traviesos. En la villa, pasábamos el tiempo haciendo cualquier travesura o jugando cualquier juego. En la villa de los Kim, nunca hubieron más niños, por lo que solo fuimos nosotros dos. Compañeros de aventuras y cómplices de cualquier locura que se nos ocurriera. Yoongi, siempre fue más reservado, nunca jugaba con nosotros porque según él, era un niño grande, así que, en su tiempo, si no estaba en su habitación leyendo cualquier libro de Shakespeare, estaba dormido.

Jungkook y el eran muy unidos, pero cuando sus padres murieron se distanciaron un poco. Nunca vi a Jungkook reprocharle nada Yoongi. Siempre trato de ser comprensivo con él y sé que al igual que yo, Jungkook sabía que la actitud de Yoongi, era de defensa. El solo quería escapar de la realidad, perderse en su propio mundo, olvidar que sus padres habían muerto. Solo que todo cambio un año después de la muerte de sus padres a la edad de los 10 años de edad. Este opto entonces, un comportamiento más maduro, para un niño de tan poca edad. Empezó a ver más por su hermano menor y protegerlo en demasía, pero no solo lo hizo con Jungkook, si no conmigo también.

TRES VECES HOSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora