8. J,H & J, J🌹

134 27 10
                                    


Porque llegaste cuando menos me lo esperaba...


Taehyung.

— Quiero ese trabajo realizado a más tardar, pasado mañana. No tienes más tiempo.

Colgué el teléfono y suspiré frustradamente, mientras pasaba una mano por mi cabello. Últimamente estaba rodeado de personas incompetentes, y estaba hasta la mierda de eso. Masajee un poco mi sien, sintiendo una fuerte migraña atormentarme. Entonces, lleve mi brazo hacia la mesita al lado de mi escritorio y deslizando mi mano en la gaveta, tome un par de píldoras para la migraña, deslizándolas bajo mi lengua. Tome un poco del whisky, que había estado tomando minutos antes, y deje que las píldoras bajasen por mi garganta. Eventualmente, dirigí mi atención a la computadora portátil, en la que había estado trabajando minutos antes.

Una semana después de mi llamada a Hoseok, habíamos estado comunicamos de esa manera, todas las noches. En mi cabeza aun resonaba el—Te quiero—Que Hoseok había soltado antes de colgar. Aun no entendía, por qué si eso era lo quería, esas dos simples palabras me hicieron sentir culpable de repente. Decidí no darle tantas vueltas al asunto, y que solo había causado ese sentimiento en mí, por el día que había tenido. Nada más. Debía convencerme de eso.

Las cosas en la villa, habían estado falsamente calmadas. Después de mi llegada a Daegu, y el caluroso recibimiento de parte de Yoongi, había estado evitando a mi primo y si lo había visto dos veces desde mi llegada, había sido mucho. En cuanto a mi padre, ya habíamos hablado y cada quien había dejado su punto sobre la mesa, por lo que solo me había limitado a hablar con él, acerca de los negocios y los nuevos compradores de nuestras armas. Seokjin, había estado intentando hablar conmigo en los últimos dos días, pero me había negado rotundamente a tener una conversación con él. Sabia a lo que quería llegar, y ahora no estaba para su mierda.

Escuche unos suaves golpes del otro lado de la puerta, y después de un —Adelante—de mi parte, la cabeza de Jungkook se asomó por la puerta de mi oficina.

— ¿Puedo? —Sin despegar la vista de la computadora, asentí y le hice ademan para que tomara asiento frente a mí. —¿Todo bien? —Pregunto entonces, el pelinegro, mientras dejaba caer su cuerpo en la silla.

Desvié mi mirada de la computadora, y me incliné hacia atrás, apoyando mi espalda en la silla, para posteriormente, decir.

— No....— Respondí con honestidad—Tenemos problemas con un cargamento en Italia. Al parecer, la interpol nos ha confiscado 50 armas, de la GT-27 y 100 de las CG15.

— ¿y cuál es el plan ahora? —Pregunto Jungkook, inmediatamente.

— Mi padre piensa, que quizás deberíamos reponerles el cargamento, aunque eso signifique grandes pérdidas para nosotros. Ya sabes cómo es la mierda. Mantener a los compradores y el clan de Santoro, nos elevara en la economía.

Jungkook asintió comprendiendo y luego de unos segundos, pregunto.

— ¿Cómo fue que los malditos, consiguieran las rutas?

— Un soplón... Pero ya nos hemos encargado del hijo de puta, y hecho saber a nuestros demás hombres, que la traición se paga con sangre. —Bramé amargamente.

Jungkook asintió, entonces lo vi removerse incómodamente en la silla. Sus ojos estudiándome críticamente, mientras rascaba inconscientemente el lóbulo de su oreja. Esa acción, me hizo acomodarme en mi silla y enarcar una ceja, observándolo con escrutinio, ya que cuando a Jungkook, no le gustaba algo o tenía algo que decirme, realizaba esa acción. Entonces, lo escuche decir.

TRES VECES HOSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora