Pedida de mano

999 51 7
                                    


M.- ¡Te estuve esperando toda la noche!, joder si hasta soplé las velas yo sola...

V.- Venga hombre, si te fuiste toda la tarde por ahí, con Dani y compañia

M.- Y qué se supone que tenía que hacer, quedarme en casa como una monja esperando a que mi mujer se dignara a aparecer...

V.- Mónica estaba trabajando, joder

M.- Oh claro, estabas trabajando hasta las dos de la mañana, pero que te piensas, que me chupo el dedo

V.- Al venirme a casa me hicieron la fiesta sorpresa y no pude...

M.- Está claro que no pudiste... me voy, tengo planes, ya siento no haberte informado con más tiempo

V.- ¡Mónica!

M.- ¡Qué!

Nos quedamos mirando frente a frente, con nuestros pechos agitándose por el tono alto en la discusión, no solíamos discutir casi nunca pero esta vez los gritos estaban asustando a Camarón.

Nuestros ojos conectaron, como lo hacen siempre que quieren sexo, pero estábamos en medio de una discusión pero por otro lado nuestros ojos estaban pidiendo otra cosa.

Nos acercamos con fuerza y chocamos nuestros labios, con rabia, con deseo contenido, sin ninguna delicadeza, empotré a Vanesa contra la puerta después de cerrarla de un portazo ya que estaba a punto de marcharme, se supone que había quedado...

Le saqué la camiseta del pantalón y metí un mano por debajo de la misma apretado un pecho sin delicadeza llegando incluso a hacerle un poco de daño, ella por su parte tiro de mi vestido hacia arriba y sin ningún miramiento metió una de sus manos en mis bragas, así sin preliminares, a saco...

Nunca habíamos hecho algo así, tan bruto, tan sexual....

M.- Vanesa... yo...

V.- ¡Cállate!.- dije con la voz entrecortada y devorando después la boca de Mónica con rabia contenida

Allí de pie, apoyadas en la puerta de salida de casa, sin desnudarnos si quiera, con las manos en nuestros sexos, húmedos hasta decir basta....seguimos devorándonos la boca, los pechos y nuestra intimidad hasta llegar a uno de los mejores orgasmos que yo había tenido con Vanesa y ella ídem de ídem.

Tras el boom fue llegando la calma, seguíamos apoyadas una en la otra, ahora ya dejándonos besos más suaves, Vanesa acariciándome el culo como ella sabe que me gusta, yo con los brazos rodeando su cuello.

V.- Ahora ya te puedes ir Carrillo

M.- ¿Ahora?

V.- Ahora si...lo único

M.- ¿Qué?

V.- Cámbiate de bragas

M.- ¡Que tonta eres!

Terminamos riéndonos, semidesnudas, con el olor que se queda después del sexo, con las bragas mojadas y arreglando una pequeña discusión de la mejor manera, con diálogo y sexo.

V.- ¿Has quedado?

M.- Si, pensaba que hoy tampoco ibas a estar en casa

V.- Hemos terminado pronto y como ayer....

M.- Ya, lo de ayer, ya está arreglado ¿No?

V.- Completamente

M.- Vente conmigo, sólo voy a dar una vuelta con las de la editorial, tenemos que concretar un día para ir a firmar a la casa de libro antes de navidad, quieren hacerlo en los puentes de Diciembre

7 veces SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora