Tan malditamente... Idiota

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Todos los días despertaba... Veía coquetear al pelinegro que amaba con su mejor amiga, luego pelear por alguna estupidez, y finalmente ser ignorado nuevamente por este.

Estaba cansado... 

Solo quería dejar de pelear por un momento, solo quería verlo sin gritarle por un segundo, así que decidió que solo por esta vez no le gritaría por llegar tarde. Se recostó en una roca bajo la sombra a esperar como de costumbre al tonto de su compañero. 

- H-Hola Kakashi-kun... - Saludo tímida una castaña con dos marquitas  moradas en sus mejillas. 

- Oh, hola Rin. - Contesto serio como siempre, pero con un toque de delicadeza, le habia tomado cariño a esa chica. 

- Veo que aun no llega Obito... - Dijo un poco sonrojada. 

- No... Ya sabes como es... - Sonrió de lado al ver que su amiga se sonrojaba al nombrar al pelinegro, no entendía porque no empezaban a salir, los dos sentían lo mismo... Sonó un crack en su interior. 

- Si, es muy despistado... - Rio un poco, mientras que a el peliplata se le esfumaba su ultima esperanza de tener algo con el pelinegro. Su amiga era muy obvia con sus sentimientos hacia su compañero. Su maestro solo estaba recargado en un árbol esperando a su ultimo integrante. Vieron una cabellera negra correr hacia ellos, solo comenzaron a caminar hacia el un poco fastidiados. 

- Perdón, Perdón, juro que venia a tiempo, salí de mi casa a las 9:30, luego una viejita se apareció la tuve que llevar a su casa, que estaba en la cima de una montaña, a quien se le ocurre... - Vieron extrañados al peliplata, normalmente le gritaba antes de pronunciar una palabra. 

- ¿Te sientes bien Kakashi? - Pregunto el rubio un poco preocupado. 

- Claro Minato-sensei. - Respondió con simpleza, sorprendiendo a los demás, hoy se le veía mas relajado. 

- M-Me alegro... - Contesto el rubio aun sin poder creerlo. 

- ¿Seguro Baka-Kakashi? - Dijo el pelinegro rápidamente poniendo una mano en su frente, esta acción fue involuntaria, haciendo que la retira inmediato a la atenta mirada de sus compañeros. 

- Se-Seguro, gracias... - Sonrió ligeramente sonrojado, haciendo que por alguna razón el corazón del pelinegro latiera frenéticamente. 

- Claro... - Desvió la mirada nervioso. - En fin, para que nos llamo Minato-sansei, hoy no hay misiones. - Ladeo la cabeza en señal de no entender nada. 

- Oh bueno, los llame para decirles que muy pronto serán los exámenes chunnin, y los quería inscribir, claro si creen que están listos. - Sonrió el rubio confiado, sabia que sus estudiantes eran fuertes pero sobre todo inteligentes. 

- ¡¿En serio sensei?! - Dijo el pelinegro abalanzándose a el rubio, para después colgar de su cuello.

- Claro, solo si ustedes están de acuerdo. - Sonrió orgulloso. 

- ¡Queremos entrar Minato-sensei! - Gritaron al mismo tiempo emocionados. 

- Me alegro. - 

- ¡¿Cuando empezamos?! - Exclamo el pelinegro feliz. 

- Mañana, lo siento no puedo decirles las pruebas... - Dijo nervioso. 

- Obvio no. - Hablaron los tres al unisono, haciendo que el rubio cayera en un aura depresiva, mientras ellos celebraran al tener una oportunidad así. 

- Bien, veámonos aquí a la misma hora. - Se despidió amablemente. 

- Oye Rin... Mmm... ¿Quieres ir a comer algo...? - Decía el pelinegro bastante sonrojado, eso había sido un golpe bajo para el peliblanco. 

¡Me gustas... Idiota!  - OBIKAKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora