La luz

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Otra vez esa hermosa luz... esa deslumbrante persona estaba frente al el... seguía a su lado. No lo había dejado solo... 

¡¿Como no amarlo?! 

- Obito... - Se escucho una voz chillona tras de el, lo que hizo que se parara de inmediato. 

- ¡Obito! ¡Me preocupaste... m-mucho, no vuelvas a hacerlo, b-bien?! - Expreso la castaña corriendo con lagrimas en los ojos hacia el pelinegro, para finalmente abrazarlo. 

- Tranquila Rin, te lo prometo... - Dio pequeñas palmadas en su espalda con una pequeña sonrisa burlona, en unos años se burlaría de su exagerada preocupación. 

El peliplata solo se dedicaba a observarlos de lejos con una débil sonrisa, de verdad le dolía, pero sabia que el pelinegro jamas lo vería como veía a la castaña, en realidad ya lo sabia, jamas fue correspondido y nuca lo seria. Porque estaba seguro, jamas dejaría de amar a ese pelinegro impulsivo. 

4 años después: 

- ¿Estas seguro? Apenas regresaste a entrenar. - Expreso un preocupado peliplata, lo que era raro en el. 

- Vamos Kakashi, regrese hace un año, tuve que haber regresado a las misiones desde hace mucho, estaba perfecto. - Dijo despreocupado el pelinegro, aunque le encantaba ver tan preocupado al peliplata. 

- ¡Si! Y luego tuviste que entrenar como loco para recuperar según tu "el tiempo perdido" - Suspiro. - No te has perdido de casi nada... - Aunque no lo parecía, el peliplata estaba deprimido. 

- ¿Que pasa con Yamato? - Pregunto un poco molesto. 

- Solo fue un beso sin importancia, y fue un accidente. - Alzo los hombros restandole importancia. 

- ¿No estabas con Anco? - Cuestiono con intriga, tal vez tenia una oportunidad después de todo. 

- Eso fue hace 3 años, y ahora esta con Rin. - Sonrió orgulloso por su amiga, ella había apoyado a la castaña cuando la recuperación del pelinegro era muy dura. 

- ¿Y por que nunca me contaste de...? - Lo interrumpió otro pelinegro menor con el cabello recogido en una coleta baja. 

- Buenas tardes Obito-san. - Le dio una reverencia. - Kakashi-sempai... - Hizo lo mismo con educación desbordante. 

- Hola itachi/-kun. - Saludo el peliplata con una pequeña sonrisa, mientras que el pelinegro lo dijo serio. Habia sido un cambio radical en los últimos 4 años.

- Kakashi-sempai, le venia a preguntar si íbamos a ir a entrenar hoy con los demás. - Señalo al tejado, donde se veían a anbus esperando ordenes. 

- Mmm, supongo que tienes razón, bien vamos con los demás. - Miro seriamente a los que los observaban. Sin mas se coloco la mascara que tenia en sus manos, símbolo anbu, mientras que el menor pelinegro hacia lo mismo. - Nos vemos luego Obito. - Aviso sin mirarlo a los ojos. 

- Tks, siempre hace lo mismo, no he podido salir con el a solas desde que se volvió anbu, ni siquiera puedo intentar besarlo por esa estúpida mascara... - Murmuraba para si mismo frustrado, llamando la atención de algunas personas. 

- ¡¿Otra vez te estas quejando en voz alta?! - Se escucho una voz tan chillona que era imposible ignorarla. 

- ¡No alce la voz señora gritona! - Reclamo señalando a la mujer pelirroja frente a ella. 

- ¡No me levantes la voz mocoso, dattebane...! - La interrumpió una anciana de mayor edad. 

- ¡Kushina, no grite, le puede hacer daño al bebe! - Procuro esta sobando el vientre de 10 meses de la pelirroja, quien parecía soltar humo por sus orejas. 

¡Me gustas... Idiota!  - OBIKAKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora