¡Me gustas... Idiota! - OBIKAKA

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Soledad

La soledad era algo común en su vida, realmente ser indiferente nunca era su intención

Simplemente decía lo que pensaba y las personas huían de el como si fuera un instinto, con el tiempo y la muerte de su padre le fue más sencillo ignorar a las personas y ser sincero.

Pero el... Oh, el no entendía un "cállate" o "eres fastidioso" el lo veía con curiosidad y a veces con molestia, pero nunca fue con odio, el lo veía por lo que era: Un rival, y no un enemigo.

A pesar de que su amigo Guy lo trataba igual, nunca fue lo mismo, el sentía otro tipo de tensión cuando estaba con el.

¡Pero jamás pensó que sería tensión sexual!

Tenía 15 años y entendía que las hormonas estuvieran a flor de piel, pero esto ya era mucho. Por algunas, no, por varias noches había soñado con su compañero de equipo.

Y no eran tan inocentes como lo eran en un principio.

Al principio solo soñaba que el se quedaba dormido junto a el, o que le acariciaba la cabeza para conciliar el sueño.

Ahora era todo lo contrario.

– Wahh, incluso tu trasero es hermoso baka-kakashi – Decía mientras lo observaba y pasaba una mano sobre este.

– D-Detente – Mordió su labio, no podia hacer nada, estaba boca abajo, no era porque quisiera que el pelinegro continuará.

– Cielos... Debes de aprender a ser más honesto, como tú hermoso cuerpo... – Dijo masturbando la erección del peliplata, este se aferraba a las cobijas, jadeando y gimiendo.

– Id-Idiota... – Se sonrojo.

– Así es... Soy un idiota – Dijo aumentando la velocidad, cuando estuvo por correrse se detuvo, el peliplata solo se tranquilizó, sabía lo que pasaba, ya era una costumbre, jamás lo dejaba terminar. – ¿Cuando te vas a confesar? – Dijo entristecido.

– Ya hablamos de esto – Se quejo mientras se colocaba sus boxers de nuevo.

– No, tu hablaste de eso, yo solo te sigo insistiendo como un idiota – Decía bajando de la cama y colocarse su camisa y pantalón de mala gana.

– Tu eres solo un producto de mi imaginación, el Óbito real no siete lo mismo – Hecho la cabeza hacia atrás, mientras suspiraba cansado, ya estaba fastidiado de soñar con el pelinegro.

– Tu eres quien no lo acepta, a mí me gustas, yo te amo – Volvió a repetir con el ceño fruncido, como todas las noches, le confesaba su amor al peliplata, la primera vez hizo que el último se sonrojara hasta las orejas, pero ahora solo lo observaba cansado y con el ceño ligeramente fruncido.

– No juegues con eso, estás comenzando a molestarme – Dijo para darle la espalda a Óbito e intentar dormir, mañana tendrían entrenamiento.

– Tan baka como siempre – Chasqueo la lengua, para luego desaparecer en la nada. El peliplata estaba acostumbrado, no le gustaba, prefería leer toda la noche que ser tocado por el pelinegro.

Suspiro abrazando su almohada. ¿A quien engañaba? Le encantaban sus manos rozando con su piel, se sentía tan real todas las noches.

Pero seguía molesto, molesto porque sabía que jamás sería correspondido por el pelinegro, molesto porque solo tenía ojos para su amiga castaña y soñaba con el aún así.

Solo sentía molestia, molestia, y tal vez un poco de tristeza...

La misma que hacía que sus ojos se cristalizaran y mojara sus sábanas por las interminables lágrimas que bajaban cada que podían.

Era tan molesto y fastidioso estar enamorado de un hetero.

[...]

Jamás pensó que ese pelinegro terminaría con el, y que ahora tuvieran una familia juntos.

Estaba feliz, el pelinegro era gay por toda la extensión de la palabra, siempre que salían juntos sentía la mirada fija del pelinegro en su cuerpo. Y aunque siempre lo regañaba en casa, se sentía bien el que no le atrajeran otros chicos y que solo lo veía a el.

Si era muy celoso con su hombre, pero no lo demostraba seguido.

Cuando empezó a salir con el pelinegro dejo de tener esos sueños eróticos, y dejo de ver al Obito de su imaginación, se sentía aliviado, pero jamás se lo confesaría a su pareja, sería muy vergonzoso.

Además de que no tenía sentido decirle, ya que en sus sueños hacian lo que hacen actualmente casi todos los días.

Entonces había salido ganando, el premio doble, y amaba eso.

Ya no era necesario revivir el pasado.

Porque estaban juntos, y se amaban.

¿Que mejor?

Espero les haya gustado este pequeño especial, se les quiere, bye bye

– Wine fuera 💕