¡Me gustas... Idiota! - OBIKAKA

La tierra de las olas

La habitación estaba llena de sus voces, el ambiente era caliente, que los sofocaba pero se sentía bien. 

- M-Mgg... Obito, ya n-no puedo... - Gemía bajo el pelinegro, este solo sonreía satisfecho, mientras lo embestía de nuevo. 

- Sigues diciendo eso, pero me estas apretando... - Sonreía sonrojado, para que finalmente se vinieran. 

- ¡¿P-Por que estas tan caliente?! ¡Mañana tengo una misión a primera hora! - Se quejo apenas se recupero un poco, el contrario hizo un puchero, al mismo tiempo que cruzaba los brazos. 

- Es por eso que lo hice, te iras mucho tiempo, y para colmo estarás con un viejo. - Cruzo los brazos molesto, el peliplata no lo podía creer, cuando pensaba que estaba madurando un poco le venia con algo como esto. 

- ¿Ya estas celoso? Ni si quiera me eh ido. - Se burlo un poco, tenia derecho a hacerlo, seria un milagro que pudiera caminar mañana. El pelinegro lo miro de mala gana, haciéndolo reír. - Vamos, es solo una misión. 

- Lo se, no puedo evitar que te vayas, pero puedo darte un regalo antes de irte. Digas lo que digas, también me extrañaras. - Decía besando el cuello contrario, haciendo que se estremeciera. 

- Q-Que idiota... - Susurro sonrojado. 

- ¡Bueno bueno, a dormir! - Sin mas los tapo con cuidado, le dio un tierno beso en la frente al peliplata, lo abrazo y se quedaron dormidos casi de inmediato. 

...

No quería levantarse, estaba muy cálido, de todas formas iba a llegar tarde, así que decidió dormir un poco mas. 

... 

- ¿Su líder de equipo aun no llega? - Se pregunto el rubio con un tic en el ojo, este era el colmo, era como si el habito de llegar tarde del pelinegro fuera contagioso. 

- Ya no tardara, se lo prometo. - Se excuso rápidamente la pelirrosa. 

- Si papá, no es para tanto, ni siquiera el viejo que cuidaremos ha llegado. - A completo el rubio con una sonrisa y los brazos en la nuca. El rubio mayor solo suspiro, y al minuto siguiente se escucho tocar la puerta. 

- Adelante. - Pidió el rubio mayor. De la puerta apareció el peliplata con una sonrisa nerviosa. 

- ¡Llega tarde! - Regaño el rubio y la pelirrosa, el azabache se mantenía al marguen de la situación, nunca fue su estilo gritar. 

- Lo siento, lo siento. Un gato negro tapo mi camino, así que tome otro. - Se excuso de lo mas tranquilo, con una sonrisa que no se notaba por la mascara. Los infantes lo miraban fulminante, y el rubio solo suspiraba. 

De nuevo tocaron la puerta. Y ahora apareció un hombre mayor, con mochila de viaje y un sombrero para tapar los rallos solares. 

- ¿Me va a proteger un trió de niños, y un hombre al que parece que le han dado una palisa? - El peliplata y el rubio menor eran los que mas se sentían ofendidos, al azabache no le importaba. 

- Señor, le prometo que estos chicos son gennin capacitados para la misión. - Aseguro el rubio con seriedad. 

- Tks, si usted lo dice. - No le quedo de otra mas que aceptarlo. 

Tomaron lo que necesitaron, mochilas, armas ninja, suministros todo lo que pudieran necesitar, y sin mas partieron a la tierra de las olas. 

El camino era tranquilo, pero había algo raro, charcos de agua aunque no había llovido en días, por lo que el peliplata se puso alerta. 

De pronto el peliplata estaba partido en dos, y la pelirrosa gritaba. De entre los arbustos salieron dos hombres, ambos se lanzaron al rubio y a la pelirrosa. El rubio rápidamente bloqueo a uno con su cuerpo, pero no pudo tomar al que iba hacia la pelirrosa.