Al día siguiente la cosa no fue muy distinta.
Clases, acoso, clases, insultos, clases, bromas, clases. Lo de todos los días. Para ser honestos, a Gerard ya le importaba cada vez menos sus compañeros de clase, eran unos idiotas.
Después de la clase de física más larga de su existencia, se dirigió caminando hacia la parte trasera del colegio, su comedor personal.Pero antes de llegar frenó en seco.
La banca no estaba vacía.
- ¿Qué demonios...? - Susurró Gerard para sí mismo, pero al parecer la silueta sentada en SU banca alcanzó a escucharle, ya que levantó la cabeza de su celular y se quitó los audífonos, dedicándole una sonrisa.
Una muy bonita sonrisa.
A Gerard se le revolcó el estómago, los intestinos, el cerebro, el pecho. Todo.
"¿Por qué a mí?"
El chico se quedó observando a Gerard desde la banca, al parecer estaba teniendo una duda existencial sobre si sentarse o salir corriendo del lugar. No lo culpaba, no todos los días se te acercaba un joven en skate a sacarte conversación. El avellana comprendía que lo más seguro era que el pelinegro estaba sumamente confundido y hasta asustado. No se veía como un ser muy social, por lo que era entendible que lo último que quisiera es que se le acercara un chico desconocido a la hora del almuerzo.
Después de unos cinco minutos, decidió acercarse con paso lento e inseguro hacia el joven, quien había puesto su atención de nuevo en el móvil que llevaba en las manos. Lentamente, Gerard se sentó en la banca, lo más alejado posible de aquel chico raro que estaba ¿esperándolo?... Espera, ¿Esto se podría considerar como acoso?
- Hola. - Dijo el avellana sin despegar la vista de su móvil. Al no recibir respuesta, desvió la mirada para observarlo de reojo, el ojiverde estaba jugando nerviosamente con la bolsa de su almuerzo. El chico solo sonrió.
"Esto va a ser difícil"
- ¿Cómo estás? - No se dio por vencido, se rehusaba a abandonar a Gerard tan fácilmente. Algo en él le fascinaba y el hecho de que el chico fuera tan escéptico le causaba aún más curiosidad.
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó Gerard un poco borde, no quería sonar tan maldito, pero estaba asustado y el chico a su lado no le daba buena espina. En cuanto formuló la pregunta, el avellana dejó de hacer lo que estuviera haciendo con el móvil y observó a Gerard, esta vez, a los ojos. Sonrió.
"Deja de hacer eso, por Dios"
- Esperándote. Ayer te dije que nos veríamos más seguido y yo soy un hombre de palabra. - Agregó mientras se reacomodaba en el asiento, quedando de frente a Gerard pero manteniendo una distancia pertinente para no incomodarlo. Su sonrisa encantadora no se borraba de su rostro y eso ponía al pelinegro aún más incómodo.
- No... No tenías por qué venir. - Musitó Gerard con nerviosismo.
- Lo sé, pero quería venir. Sabes... - Dijo mientras inspeccionaba a Gerard con la mirada, observándolo de arriba a abajo y de abajo a arriba. - Ayer no tuve la oportunidad de hablar contigo en una conversación normal por dos razones: Uno, me tuve que ir y dos, tu silencio no me ayuda a conocerte.
- A veces el silencio vale más que mil palabras.
El castaño quedó un poco desconcertado al escuchar la respuesta del pelinegro. Claro, casi que no le dice su nombre, pero si le responde con frases ingeniosas para evitarle. Y eso que él era muy ingenioso a la hora de responder, incluso un poco sarcástico y fastidioso, pero al parecer Gerard le ganaba en ese aspecto.
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sk8er boy - frerard
FanfictionÉl era un chico Él era otro chico ¿Acaso podría ser más obvio? Él era punk Él era nerd ¿Qué más puedo decir? - el dibujo de la portada no es mío, créditos a quien le corresponda (creo que es de @/virtuevalentine en ig!! gracias a la personita que me...