Capítulo 8: With You

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- Aquí es... - suspiró Gerard al leer la dirección de la casa de Frank. Le costó bastante encontrarla porque todas las casas del sector eran muy parecidas. Le había tomado 40 minutos llegar, caminando y usando el transporte público, ya que no tenía dinero para un taxi. Respiró fuertemente y golpeó la puerta tres veces. Dio un paso atrás por si las moscas.

Pasaron unos minutos cuando se escucharon pasos al otro lado de la puerta y cuando está se abrió se asomó una mujer relativamente joven, de unos 30 - 35 años, de cabello negro corto y una piel blanca casi vampiresca, como la de él. Al principio creyó que podía ser la empleada que cuidaba a Frank, pero al mirarla a los ojos y ver el color avellana de los de Frank, y ver que le sonreía tiernamente, con la misma sonrisa de Frank, supo inmediatamente que era su madre.

Era bastante joven.

- Hola, ¿Cómo estás? - Gerard asintió nervioso. - Me alegro. ¿Necesitas algo?

Gerard bajó la mirada

- Buenas... am... vengo a ver a... a Frank. - respondió tímidamente.

- ¿Eres amigo de él? - preguntó dulcemente. Gerard asintió. - ¿Cómo te llamas? - volvió a preguntar mientras le dejaba pasar. Gerard subió la mirada, se acomodó la mochila y entró a la casa lentamente. Una vez estuvo dentro, la señora Iero cerró la puerta y le hizo una seña de que se sentara. El pelinegro obedeció y la mujer trajo un plato con unas galletas. Gerard le sonrió.

- Frank no las quiso comer, no tiene apetito. Ahora está dormido, así que sería inútil que vayas a verlo. Espera un rato aquí y después subes. - sonrió. - Mientras siéntete libre de comerlas.

- Muchas gracias. - contestó mientras agarraba una. La señora Iero se sentó al lado de él y también tomó una galleta.

- ¿Cómo te llamas? - repitió la pregunta.

- Gerard. Gerard Way. - contestó el pelinegro. La mujer hizo una mueca de sorpresa.

- ¡Así que tu eres Gerard! Un gusto conocerte, Frank no deja de hablar de ti. - el pelinegro se sonrojó. - Yo soy Linda Iero, por favor no me llames señora. Me hace sentir vieja. - dijo soltando una risa que el ojiverde siguió.

- Esta bien... Linda. - La mujer le sonrió.

- Y dime, ¿Cómo llegaste? Digo, supongo que vienes de la escuela por el uniforme, y la jornada aun no ha terminado... ¿Te escapaste, jovencito? - preguntó divertida. Gerard rio.

- A-Algo así, quería ver a Frank pero no pensaba que viviera... Tan lejos.

- Si te soy honesta me sorprende que Frank te haya dado la dirección de la casa. - dijo mordiendo la galleta. - Eres el primer amigo de Frank que viene aquí.

Gerard abrió los ojos sorprendido.

- ¿De verdad? ¿Nadie más ha venido?

- Nadie. Por eso me sorprende que él te haya dado la dirección de la casa. - el ojiverde se removió un poco incómodo en el asiento.

- Pues... - no le gustaba mentir. - No... exactamente. - Linda ladeó la cabeza confundida. - Frank no... me dio la dirección. - la mujer dejó la galleta en el plato.

- ¿Qué?

- La conseguí en la dirección de la escuela. Frank no sabe que estoy aquí.

Linda abrió la boca sorprendida, Gerard pensó que lo iba a echar a patadas, pero su preocupación se disipó cuando esbozó una sonrisa.

- Vaya... Me lo pensaré dos veces antes de dar datos personales en esa escuela. - dijo bromeando, Gerard respiró tranquilo. Estuvieron un rato en silencio, hasta que Linda habló de nuevo. - Es muy lindo de tu parte que te preocupes por él, Gerard. Me hace sentir tranquila de que Frank no está solo. Eres un buen chico.

sk8er boy - frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora