Compras

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– ¿Qué es este lugar?

El domingo al mediodía Harry estaba dentro de la Ronge Rover de Louis. El abogado lo había recogido para ir de compras, aunque todavía no le había dicho que tipo de compras tenían que hacer.

– Es donde tenemos que comprar. – Dijo sin mirarlo, tratando que estacionar coche auto entre dos camionetas.

– Es una casa abandonada. – Observó mirando la puerta de madera que estaba gastaba.

La fachada era de ladrillos vistos, con ventanas tapadas con madera, la puerta parecía que se iba a caer si alguien la tocaba con fuerza. Había enredaderas que colgaban desprolijamente por todo el edificio. Harry no tenía buena espina de eso.

– ¿Estas seguro de que es aquí? – Preguntó desconfiado.

– Si, Harold.

– ¿Seguro? – Frunció el ceño.

– ¿Tienes miedo acaso?

– ¿Quieres saber la verdad?

Louis se mordió el labio inferior y sonrió negando con la cabeza. Apagó el motor del vehículo y se bajó. Harry por su parte se quedó dentro, observando la vieja casa y pensando por qué tendría que entrar ahí con un hombre que casi no conocía, que había aceptado ser su sumiso y para colmo, secuestraba a su gata.

– Vamos, Harold. – Louis había llegado a su lado, abriendo su puerta.

Lo miraba con una sonrisa burlona, el blanco de su remera hacía que la tez de su rostro brillara y se le iluminaran sus ojos azules. Ahora recordaba por qué hacia esto.

Suspiró y se bajó del auto, siguió a Louis por la acera y tocaron timbre en la vieja casa.

– Esto debe estar embrujado. – Murmuró más para sí que para Louis, pero él lo escuchó.

– Harry. – Louis tomó su rostro entre las manos. – Nunca dejaría que nada te pase, no soy un irresponsable.

Asintió levemente y Louis lo soltó cuando escucharon la cerradura de la puerta abrirse. Harry giró su cabeza y se fijó en la mujer que estaba ahí.

– ¡Señor Tomlinson! – Dijo con una sonrisa.

La mujer de unos cincuenta años, era rubia con unos ojos azules impresionantes. Vestía un pantalón largo de cuero, una camisa blanca y un arnés que presionaba su busto.

– Marie, ¿Cómo has estado? – Louis la miró serio, pero con una leve inclinación de cabeza.

– Oh, muy bien, ¿Cómo has estado tú cariño? – La mujer se fijó en Harry y su sonrisa creció – Veo que muy, muy bien. – Le guiñó un ojo y los dejó pasar.

Ambos entraron seguidos de la mujer y Harry no tuvo tiempo de observar a su alrededor porque la mujer lo tomó de la cintura.

– Un gusto, eres un chico muy bonito. – Lo soltó para tenderle una mano. – Mi nombre es Marie.

– Harry, un gusto. – Dijo desconfiado, pero de todas maneras le devolvió el saludo.

– Bien, el turno anterior se acaba de ir, así que podrán estar el tiempo que necesiten solos. – Les explicó. – Louis. – El mayor se giró hacia la mujer. – Estaré en el fondo por si me necesitan, ya sabes las reglas.

– Gracias, Marie.

La mujer se fue, luego de ponerle llave a la puerta, dejando a los dos hombres solo en el vestíbulo de lo que parecía una casa antigua, pero por dentro estaba totalmente renovada.

Venus    . {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora