Harry es un excelente bailarin de pole dance que se muda junto a su mascota a su nueva casa.
Gracias a su preciosa gata conoce a su vecino, un imponente abogado, pero que ya conocia por otras circunstancias, el BDSM.
Louis un abogado reconocido qu...
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Habían pasado dos semanas desde que había hecho el amor con Harry.
Porque no tenía otra descripción de lo que habían hecho. El volver a sentir a Harry de esa manera después de tantos meses separados fue algo inexplicablemente mágico. No solos sus cuerpos, sino sus almas se habían fusionado de tal manera que ahora entendía lo que su inconsciente siempre supo. No podía estar sin él.
Y lo más importante, no quería estar sin él.
Habían sido dos semanas que no se habían visto. Pero luego del despertar, a la mañana siguiente de hacer el amor, en la cocina totalmente destruida por la fiesta, mientras se miraban a través de una taza de café, sabían que iban a estar bien. Aunque necesitaran unos días para procesar todas las emociones que habían salido en tan poco tiempo, todas las confusiones y toda la información que debían procesar ambos. Y era mejor hacerlo por separado.
Louis no se quedó de brazos cruzados, comenzó a mover hilos con la ayuda de Liam y Zayn, recaudando información del caso de Harry y hasta llamando gente que Louis, todavía no sabía cómo Zayn tenía en sus contactos.
Consiguieron dar con el fallo de la corte que absolvió a Cowell. Todos sus nombres se detallaban en el caso, la policía, el abogado de Harry, el forense, el juez y hasta el médico que testificó que Harry no había sufrido violencia.
Podían armar un gran caso si trabajaban duro y eso es lo que se proponía Louis, hacerlos pagar. No solo a Cowell, sino a todos lo que dejaron a su chiquito solo y desamparado.
Y ahí es donde se encontraba en ese momento. Llegando al Hospital Central de Londres, donde sabia que el hombre que lo trató durante sus años de universidad como un hijo, sabiendo que lo recibiría con los brazos abiertos sin esperar la bomba que le iba tirar.
Tocó la puerta blanca del consultorio donde había estado hace siete meses atrás con Harry, sabiendo que se dejó tocar por una de las personas en las que había confiado y sintió más asco.
– Pase. – Se escuchó del otro lado de la puerta. Louis sin dudarlo entró y vio la imagen del hombre moreno sentado en su escritorio. – Louis. – Saludó con una sonrisa a la que no fue correspondida.
– Malak. – Dijo entrando y cerrando la puerta detrás de él.
– ¿Qué te trae por acá muchacho? – El hombre hizo un ademán de ponerse de pie, pero volvió a sentarse en cuanto vio la seña de Louis.
– Necesito hablar contigo. – Dijo quedándose de pie. – Como los amigos que somos.
– Claro muchacho, ¿Has hablado con Luke? ¡Se va a casar! – Casí gritó del entusiasmo.
– No, no lo he hecho. – Louis torció el gesto y comenzó a tantear su bolsillo en busca de sus cigarros, para encender uno.
– Niño, no puedes fumar acá, es un hospital. – Le dijo serio.
