Naciemiento

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– ¿Qué mierda? – Louis despertó a la mitad de la noche por un extraño sonido que provenía de la planta baja de su casa

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– ¿Qué mierda? – Louis despertó a la mitad de la noche por un extraño sonido que provenía de la planta baja de su casa.

Asustado bajó las escaleras sin siquiera ponerse zapatos en sus pies. Comenzó a encender las luces de su casa mientras caminaba por los pasillos, hasta que llegó donde provenía el extraño sonido.

– Dios... no. – Gimoteó.

La vista era increíble, hermosa, asquerosa y preocupante a la vez. Si tenía que definirlo en una emoción no sabría con cual quedarse. Los extraños alaridos de sus dos gatos resonaban en la casa mientras la sangre se dejaba ver en el piso.

Louis caminó hacia la habitación donde todas las cosas de los gatos estaban instaladas, donde días atrás había puesto nuevas instalaciones para justo este momento. Pero ahora no tenía idea de que hacer.

– ¿Qué sucede? – La voz de Liam se notaba adormecida cuando tomó el teléfono para marcarle.

– ¿Qué sabes de gatas pariendo? – Preguntó asustado Louis.

– Nada, son las 3 de la mañana. – Se quejó.

– Necesito ayuda, de verdad.

– Llama a un veterinario.

– Son las 3 de la mañana. – Dijo Louis. – En serio, necesito que vengan.

– Dios. – Se oyó un bufido al otro lado de la línea y luego el tono de llamada. Liam le había cortado.

Se adentró a la habitación, la gata blanca se notaba manchada de sangre, pero lo que más le llamó la atención fue un diminuto gatito junto a ella que estaba siendo lamido para quitar los residuos del parto.

– Oh, parece que tu si sabes lo que haces. – Le dijo despacio, agachándose junto a ella.

Bien, había uno. Faltaban dos más. El ruido de la llamada telefónica lo hizo desconcentrar y lo tomó para atender.

– ¿Hola? – Preguntó sin mirar quien era. Estaba embobado viendo como la gata seguía limpiando a su nuevo hijo.

– ¡¿Cómo mis sobrinos nietos están naciendo y no me llamas?! – El grito de Niall casi le saca un tímpano.

– Recién me despierto, ha nacido uno.

– Oh, por Dios, voy en camino. – Decía mientras se escuchaban ruidos de bocinas. – Que espere por favor, el tio Niall tiene que llegar.

– ¿Cómo sabes? – Preguntó Louis.

– Liam me llamó, ya llego.

Louis se dio cuenta que deberían ser los únicos hombres en el mundo que hacían esto por el nacimiento de gatitos. Se enfocó de nuevo en la gata cuando volvió a sentir un maullido, volvía a estar en trabajo de parto.

Venus    . {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora