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El baile de Harry había sido raro, le pareció muy extraña la mirada triste que tenía en su rostro

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El baile de Harry había sido raro, le pareció muy extraña la mirada triste que tenía en su rostro. La incomodidad del trío que bailaba podría notarse, pero claro que nadie observaba como lo hacia él. Todo el ambiente cambió de parecer la noche de hoy, pero nadie parecía notarlo más que él, todos inmersos en los calientes bailes de los bailarines y en que los camareros no dejaran de llevar bebidas a sus mesas.

Su mirada no dejó a Harry en ningún momento y notó la sutil negación de cabeza que le dedicó, pero no lo entendió. Lo dejó pasar y luego preguntaría por eso.

– Buenas noches. – Un hombre vestido con traje de cabello negro se acercó a su mesa. – Parece que disfruta el espectáculo.

– Claro, como todas las noches. – Le dio una sonrisa falsa al hombre que no conocía.

– Josh, un gusto. – Extendió su mano y no dudó en tomarla. – El dueño del local.

– Louis. – Sin ser invitado el hombre tomó el lugar que usualmente era de Zayn.

– Estoy conociendo a los clientes, mi gente dice que te ve muy seguido por aquí.

– Claro. – Contestó seco, tomando un sorbo de su bebida. Algo en el hombre le daba mala espina.

– Seré breve Louis. – Dijo el hombre. – El día de hoy estamos contentos por inaugurar el nuevo espacio del local.

– ¿Nuevo espacio?

– Si, ya sabes... – Le guiñó un ojo.

– No, no lo sé.

– Un nuevo espacio para que los clientes habituales, como tú... – Lo señalo sonriéndole. – Puedan conocer a nuestros muchachos personalmente y disfrutar de sus compañías, ¿Tal vez un baile privado?

– Creo que se está confundiendo conmigo.

– No, no creo. – El hombre abrió el saco para sacar un puro y prenderlo frente a él, generando una nube de humo entre ellos. – Vi cómo te comías al de rulos con la mirada, puedo hacerte un buen precio por él.

¿Qué mierda?

– ¿Está diciéndome que obliga a sus empleados a la prostitución? Tal vez a la fiscalía le encantaría escuchar eso. – Contestó, tratando de no notar los nervios que tenía y tratando que toda su ira se concentre en sus puños cerrados.

– Claro que no, ¿Cómo puede pensar eso de este lugar? Como bien sabe, somos conocidos por la seriedad que presentamos al trabajar. Ellos están muy contentos en ayudar al local y a generar un nuevo ingreso, todo es opcional, nadie está obligado.

– No estoy interesado, gracias.

– Si cambia de opinión, no dude de buscarme en mi oficina.

Louis lo vio marchar y no podía creer la conversación que había tenido. Lo siguió con la mirada hasta que se sentó en una mesa de cinco hombres y volvía a presentarse.

Venus    . {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora