Harry es un excelente bailarin de pole dance que se muda junto a su mascota a su nueva casa.
Gracias a su preciosa gata conoce a su vecino, un imponente abogado, pero que ya conocia por otras circunstancias, el BDSM.
Louis un abogado reconocido qu...
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Todo se había salido de control. Su ansiedad crecía, su vida no tenía un rumbo fijo.
Desde que Josh había vuelto su felicidad se había desvanecido y solamente tenía momentos. Solamente momentos.
Momentos en los que reía, momentos en los que lloraba, momentos que creía ser feliz, momentos que amaba, momentos que todo parecía estar bien.
Pero no lo estaba, su vida no estaba bien.
Desde que volvió a Londres a enfrentarse con la realidad que había dejado atrás, nada estaba bien, lo peor era que estaba arrastrando a las personas que quería con él.
Arrastraba a Louis al punto que había amenazado a un médico en su propio lugar de trabajo, a sus amigos que pagaban investigadores privados para conseguir información, a Niall que era su roca desde el principio de los tiempos, a su hermana pequeña poniéndola en peligro.
No sabe que creyó en el momento que aceptó la oferta de Louis de abrir el caso, tal vez la mirada llena de ilusión, la mirada que no podría decirle que no en ningún momento de su vida, pero si estaba seguro de que se había equivocado.
Sentir que Louis estaba ahí por su caso, pero no para él era el sentimiento más feo que podría tener.
La mente de Harry era compleja en este momento, al punto de que ni el mismo se entendía.
Sentía que Louis lo amaba, por eso había vuelto a firmar el mismo contrato. Comenzar de nuevo, había sido una esperanza para él. Porque al principio sintió que lo tenía. Louis había vuelto.
Pero en el momento que esa mujer se cruzó en su camino, la mujer que solamente vio por un minuto de rodillas ante Louis... Harry no tenía a Louis. Harry tenía un contrato con Louis.
Tal vez, abrir su caso sería prestigioso para su carrera y solamente por eso había aceptado tomar a Harry otra vez.
Pero luego miraba sus ojos, veía el amor.
Harry estaba perdido en este punto.
Ver los pedazos de papeles en sus manos y saber que se había terminado fue doloroso, pero levantar la mirada y encontrarse con las lagrimas de Louis fue peor.
Louis lo amaba y el solo tuvo un arrebato y ahora tenía que pagar el precio de dejar al amor de su vida, solamente por pensar que abría el caso por prestigio y no por él.
Solamente por pensar mal.
Solamente por pensar.
Dio medía vuelta, tratando de no volver a pensar, por no querer llorar frente a Louis, queriendo estar en su cama con sus gatos.
Mascotas que compartía con ese hombre que amaba y que difícil era todo.
– Harry. – La voz de Louis sonó rasposa en sus oídos, rota.
