Señor

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Claramente el sonido del timbre no fue lo que despertó a Harry, sino el duro golpe de la puerta de entrada

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Claramente el sonido del timbre no fue lo que despertó a Harry, sino el duro golpe de la puerta de entrada. No sabía cómo, pero cada vez que oía un ruido, sabía exactamente de quién era. Y hoy no fue la excepción, por lo que no se preocupó en levantarse de la cama y solo esperó a que el torbellino de energía entrara en su habitación.

– ¡Harry! – La voz de Niall retumbó en sus oídos, lo que hizo que automáticamente tomara una almohada para cubrirse su rostro. – No, nada de eso. ¡Fui de compras y te traje un regalo!

Sintió como la cama comenzaba a hundirse por el peso del rubio que se recostaba junto a él.

– Es temprano. – Se quejó, intentando volver a dormir, pero sintió como un golpe en su espalda.

– Son las tres de la tarde. – Se quejó Niall. – Mira tu regalo.

Harry giró sobre cuerpo, notando que el golpe en su espalda era una bolsa que ahora reposaba sobre él. Cerró los ojos unos segundos para acostumbrarse a la luz que se filtraba por las ventanas antes de enfocar la vista en su amigo.

– En mi defensa... – Se aclaró la garganta. – Me he levantado temprano para ir a ver la universidad. – Le explicó. – Solo que volví a dormir.

– ¿Cómo fue con eso?

Harry suspiró pensando en su mañana. Había comenzado bastante bien, Louis lo despertó temprano con la noticia de que irían a ver la universidad. El problema era que el semestre había comenzado, pero al rector de la universidad no pareció importarle en el momento en el que Louis se hizo presente.

Solamente se tendría que poner a tono con los temas dados y todo saldría perfecto. Esas habían sido sus palabras.

Con respecto a Louis... bueno, sabía donde estaban ahora. Louis era su dominante y estaba cumpliendo su papel, no hubo más besos, no durmieron más juntos. Pero estaba bien.

– Bien. – Respondió a la pregunta de su amigo. – Comienzo a cursar el próximo lunes.

– ¡Eso es fantástico! – Su amigo tenía una sonrisa sincera en el rostro, lo que le motivó a respondérsela de igual manera. – Sabía que algún día lo harías, estoy feliz por ti.

Harry estiró sus brazos para pasarlo por lo hombros de su amigo y darle un abrazo.

– ¿Qué tal con Beatriz? Nunca me quieres hablar de eso. – Lo pinchó.

– Bien. – Se encogió de hombros. – Consiguió un empleo en una cafetería.

– Pero estas con ella, viven juntos ¿Por qué nunca quieres hablarlo?

El rubor en las mejillas de Niall fue creciendo a medida que Harry hablaba, pero tenía una sonrisa. Se notaba ¿Feliz? No, eso sería poco.

– Si, es decir... – Se aclaró la garganta. – Ella tiene sus cosas en la habitación de invitados. No creímos que sería bueno comenzar una relación ya conviviendo juntos, cada uno necesita su espacio. Pero estoy feliz. – Harry intensificó el abrazo. – Es raro, creía que no me caía bien, pero solo era una perra porque estaba dolida.

Venus    . {Larry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora