Secuencia de errores

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A los pocos minutos después de dar por finalizada la misión, Jungkook se largó sin despedirse de Jin y para cuando el castaño se dio cuenta ya era demasiado tarde, el pelinegro no se molestó en abandonarlo en aquella estación y no lo culpaba por ello, porque si él quisiera a alguien haría lo mismo. Jungkook escogió su habilidad en privado más tarde, aunque no era eso su primera cosa por hacer, debía ir a ver el estado del pelirrojo y agradecerle como correspondía, no sin antes patearle el culo por testarudo e imbécil.

Visitó el instituto o lo que quedaba de él, la misión había sido más real de lo que fue en otras ocasiones y todos parecían tener sus dudas, buscando culpables dentro de su mundo y perspectiva. Lamentablemente estaban lejos de lo que podría llegar a ser.

La directora se alegró de verlo en cuanto atravesó la entrada y vio todo el caos que había quedado. Jungkook pensó que estaba volviéndose una mala costumbre aparecer después de cada error de los pecados capitales, primero el de Jimin cuando intentó robar y ahora el de Taehyung que perdió el control del fuego; si seguía así, terminaría siendo sospechoso.

¿Qué sucedería después de esto? El instituto estaba quemado o por lo menos el ochenta porciento de él y no habían señales de Taehyung. La directora confesó que estaban buscándolo por causar el problema con una cajetilla de fósforos que traía con él, según lo que la policía le había hecho creer. Taehyung no solo perdió la misión sino que además debía pagar por el daño que había hecho o ir a la cárcel.

— Tendremos que suspender las clases y derivar a los estudiantes a otros institutos hasta que todo esté como nuevo —explicó con ligera tristeza, mirando a su alrededor. Jungkook mordió su labio inferior, nervioso.

— Sé que no debería preguntar, pero ¿Taehyung hizo todo esto? —le preguntó mirándola directamente a los ojos, serio. La directora asintió tristemente, casi ni quería creerlo—. ¿Sabe dónde está?

— No, en realidad. La policía lo buscó en su casa, pero Taehyung había dado una dirección equivocada cuando entró al instituto —la directora soltó un suspiro de cansancio—. ¿Por casualidad no sabes dónde podría estar? Ustedes se ha vuelto bastante cercanos.

— No —contestó rápidamente, seco y sin expresión. Y en el fondo no mentía, realmente no se le ocurrían muchos lugares donde se podría encontrar, solo sabía de uno y que ni aunque estuviera loco se lo diría—. Y él y yo no somos cercanos, solo compartimos castigo.

— Lo siento, entonces —dijo—. Deberías irte, Jungkook, lamento que tengas que ver esta situación.

— No se preocupe, solo quería asegurarme de que no habría ningún herido —mintió.

— Eres un buen chico, Jungkook.

La última vez que había escuchado esa frase fue de su abuela cuando tenía diez años y le hizo el aseo, almuerzo y cena porque había amanecido enferma. En ese entonces se sintió bien, le gustaba ayudar a su abuela sin que ella reconociera su esfuerzo pero esa vez fue diferente porque era una emergencia, podría decirse que casi se sintió como un superhéroe. No obstante, ahora era como un golpe directamente al estómago que le provocó ganas de vomitar. Solo sonrió antes de irse y lo olvidó, debía seguir buscando al pelirrojo.

Taehyung era un genio, nunca pensó que el pelirrojo daría una dirección distinta a dónde vivía y acertó en hacerlo, quizá porque sabía que llegaría a este punto donde estaría en problemas y debería arrancar o esconderse. Jungkook no necesitaba de un conjunto de letras que diera con su ubicación, recordaba muy bien el lugar donde vivía, el verdadero y por lo tanto no habría problema en seguir buscando.

No encontró uno hasta que su celular vibró y lo sacó de su bolsillo para ver el mensaje.

Bin

DILL [ vkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora