Vivir con cargas

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Si veía su vida desde un espejo retrovisor, no podría distinguir los pequeños detalles, esos que definieron su futuro y hoy no lo recordaba. Su familia y su infancia quedaron atrás sin notarlo, lo peor es que parecía un espejismo, un invento. Volver al instituto sería una pérdida de tiempo, no tenía sentido seguir fingiendo que era como todos los demás. El juego estaba controlándolo por dentro, su montador no lo contactaba y ganar ya no parecía ser tan fácil. Resistía el tiempo que fuera para mantenerse en pie, soportando golpe tras golpe con la compañía de Taehyung.

Jungkook se levantó por la madrugada. Se sintió más conforme al notar que Taehyung podía dormir, porque últimamente no lo había visto descansar lo suficiente y temía por su salud. Caminó hasta la sala principal, echó un vistazo a su alrededor rápidamente y notó el deterioro de la propiedad, las malditas condiciones en que tenían que vivir para esconderse de la policía o el juego, pero de aquél último nunca podrían hacerlo. Los restos de vidrio estaban esparcidos por el suelo y tuvo que estar atento para no pisar alguno, gracias a ellos notó otra compañía. Hacía frío, el viento amenazaba suavemente el interior, desde la cama no lo habría notado, ya que Taehyung entregaba el calor necesario. Entendió la razón por la que el pelirrojo pasaba horas y horas pegado al ventanal. La vista era espectacular.

— ¿Qué quieres? —dijo el azabache a Namjoon, quien estaba detrás de él y no necesitó voltearse para saberlo.

— ¿Cómo sabías que estaba aquí? —susurró con calma.

— Te vi por los vidrios —Jungkook se volteó con seriedad y Namjoon se encogió de hombros. Lo suponía—. ¿Qué quieres?

— Vine a preguntarte algo. 

— ¿Y bien? —dijo Jungkook. 

— ¿Tu amigo está muerto y tú no sientes ni la más mínima culpa? —Jungkook envidiaba a Namjoon en ese sentido. La capacidad de mostrarse tranquilo mientras que en el fondo solo quería herirlo.

— Eso no te incumbe.

— Claro que lo hace —replicó—. No eras el único preocupado por él.

— No pensaste en él cuando me atacaste —recordó tajante.

— Tú tampoco lo hiciste cuando te dejaste llevar por un estúpido amor.

— ¿A eso has venido? —Jungkook rio, molesto—. ¿A culparme y recordarme que Jin se sacrificó por mí?

— Te equivocas. He venido por algo más.

— ¿Qué es? —encarnó una ceja.

— Vine a ver porqué eres tan especial. Qué es lo que Jin tanto valoraba de ti como para salvar tu vida —Jungkook no esperaba esa respuesta, sino todo lo contrario. Su sorpresa fue evidente—. Pero no distingo nada. Eres testarudo, apresurado, infantil y un inútil. Jin no debió sacrificarse por alguien como tú.

— Pensamos igual —dijo Jungkook. Avanzó hasta él, amenazante, mirándolo fríamente a los ojos después de todos los calificativos—.  Estoy de acuerdo en que no debió dar su vida por la mía, pero no toleraré que una persona como tú me diga exactamente lo que ya sé, porque no estoy muy lejos de parecerme a todos ustedes.

— No te atrevas a compararme contigo —gruñó.

— Me atrevo —espetó—. Lo único en que tú y yo nos diferenciamos es en que yo nunca culparía a otro de mis errores. Si eres tan fuerte como dices, soporta tus malditos actos, imbécil.

— ¡Eres un..!

El azabache no se inmutó ante el golpe que probablemente le daría Namjoon en cuanto alzó su puño. Se cansó de huir.

DILL [ vkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora