𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒐𝒏│hd- naruto y sasuke

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'' 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂 ''

𝒐𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕

Lo primero que sus ojos vieron fue la pequeña placa dorada encajada a la pared justo a un lado de la puerta principal.

''Familia Namizake.''

Estaba nervioso, más de lo que jamás creyó; las manos le temblaban, sentía un escalofrío en la espalda y podría asegurar ante cualquiera su cara afinaba perfectamente con el estado ansioso del resto de su cuerpo.

—Oye, tranquilízate —ahí estaba la voz de su locura, hablándole con una calma infinita mientras sujetaba una de sus manos para entrelazarla con la propia —. Es una cena amor, nada más que eso.

Sasuke entonces quiso plantarle un puñetazo en la cara al estúpido de su novio.

¿Es qué no lo entendía?

Él sabía que una cena no era la gran cosa, pero el hecho de que aquello fuera el primer contacto directo que tendría con los padres del rubio le quemaba la cabeza de una manera agonizante.

¿Y si decía algo malo sin querer? ¿Y si no les agradaba y terminada arruinando su relación? ¿Qué pasaría se por cualquier motivo de pronto tropezaba, tiraba la comida sobre su suegro y quedaba en ridículo delante de todos? ¿Lo perdonarían? ¿Querrían alejarlo de su hijo por creer que no era lo suficientemente bueno?

Existían millones de posibilidades, miles de posibles escenarios y un tiempo en extremo escaso. La cita era a las 7:00 y faltaban apenas cinto minutos para que ese momento llegara.

¿Naruto se habría sentido igual el día que él decidió invitarlo a comer con sus padres y su hermano?

No, definitivamente no había sido así, lo recordaba a la perfección. Aquella vez el chico de ojos azules había actuado con tanta naturalidad y confianza que incluso termino volviendo tarde a su hogar pues se la pasó riendo y bromeando con Itachi, también ayudó a su madre con los platos sucios.

Maldición, a veces desearía ser un poquito más como su novio.

—Sasuke —la voz de Naruto borró el ruido dentro de sus oídos —es hora de entrar, ¿estás listo?

No.

Mierda no, no y mil veces no.

Negó con la cabeza, encontrándose incapaz de articular palabra en ese preciso momento.

—Tu padre... —dijo después de un par de segundos de silencio. El sol ya estaba comenzado a descender y la luz que recaía sobre la fachada de la casa le decía que era demasiado tarde como para acobardarse y echar a correr —tu padre es el Hokage y tu madre... bueno, cuando hablas de ella a veces pareces asustado por la manera en que se enfada —tragó saliva, girando sobre su propio eje para así quedar cara a cara con el chico de ojos azules —. ¿Qué... qué pasa si no les agrado? ¿Y si de pronto ellos dos deciden que no soy suficiente para ti? ¿Qué va a pasar si...?

Sus palabras encontraron un freno entre los labios del Uzumaki cuando este decidió besarlo. Sasuke cerró los ojos, perdiéndose en la paz de que causaba estar cerca del otro, la paz que le traía el entender que era afortunado por poder tenerlo y gritarle al mundo que era suyo.

—Hombre, sé que yo soy irritante pero cuando empiezas a decir tantas tonterías juntas te juro que me superas por mil —hasta reprochándole cosas Naruto se veía adorable, ese chico lo era todo —. Ellos no van a hacer nada de eso Teme, te lo digo enserio. Creo que incluso te conocen mejor que yo, me la paso hablándoles de ti todo el tiempo, dattebayo.

Sasuke arrugó el entrecejo, y al otro se le encogió el corazón por el mero amor que le tenía.

—Pero...

—Pero nada Uchiha —le respondió, dándole un último beso en los labios —. Vamos a entrar, cenaremos juntos como una linda familia y verás por ti mismo que ellos te adoran y que creen que eres maravilloso, ¿de acuerdo amor?

Pensó dos veces la situación. Los nervios seguían ahí, pero entre el temor y el amor tenía la única certeza de que lo segundo ganaba: Él amaba a Naruto, lo amaba tanto que se veía dispuesto a hacer lo imposible por poder estar con él. Después de tanto esfuerzo, de fallos y de tropiezos por fin había conseguido estar a su lado y ese era un privilegio que no se veía dispuesto a perder por nada ni por nadie.

—De acuerdo... corazón.

Una sonrisa tonta y enamorada le confirmó que cualquier riesgo valía la pena con tal de poder estar juntos.

—Entonces entremos.

Tomados de la mano cruzaron la puerta, encontrándose con Minato y Kushina quienes le saludaron de manera cálida.

—Bienvenido Sasuke —lo saludó el Hokage, quien resultaba ser una viva copia de su Naruto sólo que con un peinado diferente ­—. Es un placer poder tenerte aquí.

Fue cuando Kushina no pudo resistir más y corrió hacía ellos para abrazarlos que Sasuke lo entendió, entendió que Naruto tenía razón; Ellos no podrían hacer nada malo, ellos simplemente deseaban lo mejor para su hijo.

—¡Bienvenido a casa Sasuke! ¡Dios, no puedo creer que Naruto haya tardado tanto en decidir traerte! ­—los gritos de su suegra a un lado de los gestos de cariño que repartía para ambos lo hacían sentir feliz —. Espero que te guste mucho todo lo que hicimos, Naruto personalmente me ayudó a preparar la cena de hoy, ¿puedes creerlo? Le da pereza servirse un plato de cereal para el desayudo, pero hoy parecía todo un experto corriendo de aquí a allá en la cocina ¡dattebane!

Kushina, sí... Kushina le agradaba.

—¡Mamá deja de decir esas cosas! ¡Sabes que en las mañanas mi cabeza no conecta!

—¿Sólo en las mañanas? ¡Tu cabeza siempre esta en otro lado! Si no es en tus entrenamientos te la pasas hablando el día entero de Sasuke o de ramen ¡a veces de ver...!

Minato apareció a un lado de su esposa con una expresión algo apenada, cubriendo su boca sutilmente con una de sus manos. Si no detenía la discusión en ese momento ambos terminarían soltando cosas inapropiadas, los conocía bien.

—Discúlpalos Sasuke, ellos suelen hacer esto. ¿Les parece si pasan al comedor? Le ayudaré a mi esposa a servir la comida, enseguida estamos con ustedes.

La pelirroja se liberó del agarre.

—¡Minato!

Pero para cuando quiso protestar más ya estaban en la cocina, después de todo su esposo era el relámpago amarillo por una razón.

Sasuke soltó una risita, poco después pasaron al comedor y esperaron.

Al final la cena había sido todo un éxito. Sasuke salió de esa casa luego de tener una agradable conversación con Minato y hacerse amigo de Kushina.

Oficialmente era un miembro más de la familia Namizake.