Los nuevos (raros) vecinos

Buscando casa

La verdad que describir a nuestros personajes principales en su forma física se complicaría un poco, pero vamos a dejarlo en dos... ¿Masas de gas luminosas con mente propia?

Bueno, algo así.

Tampoco es nada fácil presentarlos por su nombre...no existe en ningún alfabeto terrestre las letras que los compones.

¿He dicho terrestre? Sí, he dicho terrestre, porque verán... Esta pareja que ahora mismo vaga por el espacio sideral, está compuesta por dos seres que son.... que vienen... que fueron...

Un ángel y un extraterrestre ¿ok?, ellos eran, son, un ángel y un extraterrestre y contra todo pronóstico se habían enamorado.
Bueno a ver, ellos no sabían bien lo que era el amor, pero estaban totalmente seguros que querían pasar su tiempo juntos. 

A través de los años, desde que se habían conocido, habían recorrido diversos planetas que albergaran vida. Habían observado infinitas clases de parejas y fueron pocas las que llegaron a convencerles. Quizás no solo como se desarrollaban como par si no los estilos de vidas y cuerpos.

Habían descartado los viscosos, los multiextramidades, los violentos, los mudos, los de cortas vidas, los frágiles, y así.
Pero llegaron a unos que...realmente les había llamado la atención, un poco ignorantes de la vida fuera de sus fronteras pero, les gustaban.

La verdad que tenían poco tiempo para tomar una decisión, su creador, a quien en muchos planetas lo llamaban "Padre" o "Dios" les había dado un límite de tiempo para tomar una decisión o regresarían a sus puestos. Uno junto a él y el otro a su planeta.

La tierra fue la elegido y ser humanos la decisión tomada.

Dos orbes gaseosas iluminadas recorrían los pasillos de la morgue, juntitas y con cuidado de nos ser descubiertas, su objetivo estaba claro, llevaban dos días escondidos mientras esperaban que ellos llegasen.

Los cuerpos que yacían en las camillas esperaban para una autopsia, los pobres habían fallecido en un accidente en cadena... jóvenes, con toda una vida por delante y un borracho en la carretera y...a la mierda todo.

La luz rojiza entró en el chico que parecía más joven, mientras la luz azulada en el chico de extrema palidez. La habitación donde esperaban los cadáveres se iluminó y la noche fue testigo de lo que muchos llamarían un milagro y otros...una auténtica locura.

Ambos cuerpos, ahora con vida se miraban con curiosidad, desnudos y ya sin los golpes y cortes debido a las vueltas que habían dado sus coches, el "milagro" también contemplaba la regeneración. Delgados, no muy altos, pero tampoco bajitos, ojos rasgados, pelo negro ambos y jóvenes.

El más alto se acercó a su pareja, acarició sus mejillas rellenitas, le gustaban y le gustaba la sonrisa que se dibujaba en su rostro, sonrisa que ocasionaba que sus ojitos se cerrasen. Su pareja sonreía también con sus ojitos.
Este elevó un poco la mirada para observarlo también a él. Acarició sus ojos de gatito, esos animalitos que le parecían tan graciosos, sus labios también fue objeto de su curiosidad, finos, delgados y que cuando al sonreír mostraban esos dientitos tan bonitos.

Ambos estaban desnudos, pero para ninguno eso tenía algún significado erótico, si bien sabían que los humanos iban con ropa, entre ellos al saber su verdad, su origen sus cuerpos no eran algo que les llamase la atención de esa manera.

—Aquí dice: Min Yoongi.— dijo leyendo la etiqueta que llevaba en el dedo del pie. Se sorprendió un poco de su voz, grave, rasposa.

—Aquí dice: Park Jimin— su voz era dulce, muy dulce.

Sus vistas volvieron a cruzarse al igual que sus sonrisas.

—Hola Jimin.

—Hola Yoongi.

—¿Quién anda ahí?

—¡Corre!

—¡Por allí!

—¡Ven, por esta puerta!

—¡AHHHHHHHHHH! ¡ESTÁN DESNUDOS!