Pequeños momentos

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Por una parte, después de limpiar toda la parte de la cocina, Mikey entró por la puerta dejándose ver cambiado con el conjunto de siempre, la ropa cómoda que a él más le gustaba, se veía "peinado", pero su cabello se notaba un poco revuelto y en sus manos llevaba un peine.

sin decir algo le extendió el peine al más alto, quería que lo peine como solo él sabía hacerlo. en el mismo silencio se acomodaron, Draken con Mikey entre sus piernas, manipulando suavemente el fino cabello rubio, que antes se veía alborotado, ahora estaba cepillado adecuadamente como siempre.

Escuchándose un gracias en un simple susurro.

Mikey se ofreció a llevar a Draken y este no se opuso, aunque se estaba sintiendo más raro de lo normal que él lleve la iniciativa de las cosas.

Aunque todo volvió a la normalidad cuando estaban desayunando, Mikey hizo el mismo berrinche de siempre

"No tiene la banderita Kenchin, esto es una gran desilusión en mi vida"

Bufó por el dramatismo y colocó la banderita en la comida, Mikey le agradeció comenzando a engullir todo lo que había ordenado. Cómo la misma costumbre que tenía, en pequeños lapsos se colgó sobre Draken, fastidiándolo en cada oportunidad que tenía, comiendo también parte de lo que ordenó él. Todo entre risas y quejas hasta que cayó dormido en sus brazos.

Ahora tenía que hacer malabares para llevar a Mikey en la moto. Uno que otro momento de susto tuvieron, ya que el pequeño rubio cabeceaba para los costados desestabilizando la moto, Draken no era creyente pero rezó a todos los santos y dioses para llegar a salvo a la casa de los Sano.

"Si alguien ahí arriba me escucha, por favor ayúdenme. Tengo un enano para darles en ofrenda de agradecimiento"

Parece que le escucharon, porque ya estando cerca no hubo ni un imprevisto. Ahora tenía que ver cómo darles a Mikey en ofrenda, era virgen así que era el doble de valioso para ellos. Pero muy a su pesar se opuso cuando Manjiro le agradeció que no se haya enojado con él por el desastre de la cocina y lo limpiara todo para que no les llamaran la atención.

Le dejó un beso en su mejilla y se aferró más a su cuello, escondiéndose justamente ahí, su corazón dio un vuelvo tras la muestra de afecto. Se sentía más a gusto en esos momentos, así que decidió dormir una pequeña siesta con Mickey.


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Por otro lado, justo en la escuela de Baji y Chifuyu.

El ojiverde en todo en receso no encontró al pelinegro por ningún lado y mucho menos en donde solían ir la mayoría de las veces, siendo de los principales puntos de encuentro de ambos. Esto ya no le agradaba mucho, no solo por el hecho de llegar tarde en la madrugada, sino que no respondía sus llamadas ni mensajes. Le ponía los pelos de punta y lo alteraba más que cuando Baji anda solo.

Porque si Baji anda solo significa peligro y demasiado.

Estaba fastidiado y su cabeza comenzaba a doler, por lo que decidió ir a la azotea. Un lugar donde casi nadie iba a menos que seas capaz de forzar la cerradura.

De forma serena se encaminó a su destino mientras maldecía a Baji por comportarse como un bobo. Descargo parte de su rabia en la cerradura. Sabía perfectamente que no estaba en sus sentidos más calmos para abrir de forma "legal" la puerta, pero ya todo le importaba una mierda, quería descansar en el tiempo que le quedaba de receso.

El viento acariciaba su piel y la frescura llegaba para purificar su aire, pareciera que todo lo malo que pasó en esos momentos se desvanecía, dejando que la tranquilidad se apropiaba de su cuerpo. El cantar de las aves hacía aún más cómodo el lugar, llamándole para que durmiera. Desacomodo su corbata, abrió su camisa y con la repentina ventisca que volvió a tocarle, le dio una pequeña corriente ocasionando que sus vellos se erizaran. Por último se sacó sus zapatos para estar más a gusto si era posible.

Pero la calma puede durar determinado tiempo y justamente a él, se le había acabado en un abrir y cerrar de ojos. 

El sonoro ruido ronco le había pinchado su perfecta burbuja, golpearía a quien estuviera y lo echaría a patadas. Fúrico se encamino a donde se encontraba tal escandaloso ruido, quedándose perplejo frente a la figura que yacía dormida en el suelo.

-Baji- musitó bajito.

Se encontraba en las mismas fachas que él, alborotado por donde lo vieses.

Sin embargo... le llamo la atención lo que Baji tenia tapándole la mitad de la cara. Caminó despacio hasta quedar casi frente suyo, observando con detenimiento la revista.

Una para adultos posiblemente, a Baji todo le daba igual, hasta llevar una de esa índole a la escuela; se llevó la sorpresa de ver que era una de esas revistas para chicas, donde en las 50 páginas habidas y por haber, te decía cómo salir con tu crush o esos consejos tontos sobre el amor.

Se rió bajito del contrario al verle pillado con eso, tal vez más tarde se burlaría de él, ahora solo quería descansar un momento. Se colocó a un lado del pelinegro, admirando las facciones que se dejaban ver, su rebelde cabello al igual que él, era brillante y fino, tan suave que podría acariciarlo todo el tiempo.

Cayó dormido momentos después, dejando ahora a Baji contemplarlo en silencio.






Andaba inspirada y bueno (? toco doble actu el dia de hoy, aunque es cortita 


Espero que les vaya gustando! besitos uwu

Un amor inusualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora