Buenos días para ti también, Peke J.

1.7K 226 88
                                    

Si hablamos desde la perspectiva de Baji y Chifuyu. Ambos pueden decir que están en el mejor momento de su vida, porque están disfrutando de la compañía de la persona que les atrae junto con el gatito que descansa entre ambos. El rubio descansa casi sobre el pecho del pelinegro, quien lo envuelve entre sus brazos y lo atrapa con sus piernas; pareciera que Chifuyu se vuelve un peluche, el cual, Baji atrapa como un niño pequeño. Ya es de mañana, pero ninguno quiere abandonar su posición ni alejarse del contrario.

En sus pensamientos solo pueden decirse que están avanzando hasta donde quieren llegar. ¿Pero cómo sería todo eso de declarar sus sentimientos al otro? ¿Cómo saben que sería el momento perfecto para decirlo? Algunas veces se quedan pensando en eso y les da algo de pesar en que pueden arruinar la amistad, entonces tratan de dejarlo para más tarde y posponerlo tanto como sea posible, pero saben, muy en el fondo que tendrán que hacerlo.

Baji es el primero en "despertar", cosa que fue hace más de 10 minutos, pero quiere seguir en esa posición donde tiene aferrado a Chifuyu entre sus brazos y puede olisquear el aroma del shampoo a manzanas que usa, restando importancia a los mechones que le hacen picar un poco su nariz. De la misma forma, Chifuyu también aspiraba el perfume de Baji, ya que quedaba casi a la altura de su cuello, sonriendo cada tanto.

Ambos están bien como están, porque no se quieren separar de la compañía del otro. Pero Peke J también quiere un poco de atención de ellos, por lo que se interpone entre ambos y empieza a moverse de un lado al otro, buscando atención y cariño para él. Ellos se ríen entre los ronroneos.

—Buenos días para ti también, Peke J— saludan al unísono. El minino maúlla en respuesta y ambos se ríen otro poquito más.

—Buenos días Baji ¿Has dormido bien? —

—Buenos días Fuyu, claro. Dormir a tu lado y de Peke J es lo que necesito para empezar bien en las mañanas— usa todo su arsenal desde que despierta para ir haciéndole saber al ojiverde lo que siente y cómo se siente con él. Todas las mañanas desde que se han comenzado a dormir juntos son de esa manera y en todas se repite y termina en lo mismo, con Chifuyu coloreado de rojo. Baji tiene una memoria fotográfica, haciendo que ese recuerdo quede grabado en su mente.

El otro ya se lo espera y solo atina a reírse un poco nervioso y avergonzado mientras esquiva su mirada del contrario quien sonríe victorioso. Chifuyu siente que se queda atrás cuando se trata de coqueteo y no sabe en qué momento perdió su "toque" porque antes era todo un Don Juan -según él- Tampoco espera sentirse más avergonzado cuando su estómago gruñe fuertemente y arruina un poco el momento "meloso" que hay entre ambos.

Baji se ríe y deja un beso sobre la coronilla del rubio, quien se vuelve a apenar aun mas— iré a preparar el desayuno para ambos, no te preocupes, puedes descansar un poco más.

—¿Seguro no quieres ayuda? —Chifuyu no quiere levantarse y espera que Baji le diga que no, pero tampoco quiere que este se vaya de su lado.

—Seguro, tampoco es como que queme tu cocina. No me llaman Mickey—

Aun con un poco de sueño en su sistema abandona su lugar a lado del rubio, quien lo ve irse. Cuando desaparece de su vista, puede chillar y abrazar a Peke J mientras le sisea y le da un pequeño golpecito con sus patitas.

(...)

Camina hasta la cocina aun con su somnolencia encima, rascando su abdomen mientras piensa en lo que tenía que hacer justamente en ese lugar. Porque de un momento a otro lo ha olvidado y solo puede recordar a Chifuyu sonrojarse y sonreír apenado. Adora que todas sus mañanas sean de esa forma y que esas últimas semanas hayan transcurrido así, avanzando de a poco y haciéndole saber lo que siente mediante acciones.

Un amor inusualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora