Estamos juntos en esto.

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Mikey podría dormir todo el día si se lo propusiera, porque aparte de golpear idiotas, dormir era su tercer cosa favorita, la primera era Draken claramente... aunque si lo pensaba bien y detenidamente, era la de pelear en compañía de Kenchin. Que, entre sueños se ríe de solamente imaginar aquella escena. Como cualquier otro día. Recordando las veces que han cuidado de la espalda del otro en las peleas o como han evitado lo peor. Ha pasado un largo tiempo desde que pelearon juntos, lo de anoche solamente fue una entrada en calor y por un pobre diablo que estaba molestando. Necesitaba golpearse con alguien en compañía de Draken. Pero podría ser más tarde, porque ahora solo quiero seguir durmiendo en el pecho Kenchin mientras lo babea a propósito.

Hasta que el cuerpo que usa de almohada se empieza a remover y eso le molesta. Está por quejarse y golpearlo para que se quede quieto, quiere seguir durmiendo pero no puede.

—Mikey— la ronca voz de Draken le hace temblar un poco cuando le llama, erizando su piel—Baji te está llamando.

Cuando escucha el nombre de su mejor amigo, prefiere no reaccionar o contestar a lo que le avisa, prefiere dormir un poco más. Él no le ha molestado en toda la semana cuando estuvo de meloso con Chifuyu, porque entre amigos se ayudarían, y él cumplió su parte no llamarle ni cuando estaba enojado por culpa de Draken, entonces no ha podido quejarse como se debe como una vieja chismosa.

—No sirve de nada que finjas que estás dormido.

—Mierda, bastardo pelo Pantene, le voy a patear las pelotas. Pásame el teléfono Kenchin— termina de quejarse y con su mano palpea el rostro de Draken en busca de que le pase su teléfono y contestar la llamada de Baji. Con todo su pelo alborotado y ropa mal acomodada se aleja del lado de su amigo para poder hablar con más tranquilidad y no golpear a nadie porque le han molestado en su siesta y sueños de golpear a bastantes idiotas. Cuando lo tiene en manos, solo aprieta cualquier cosa en la pantalla de su teléfono sin fijarse que ha picado el altavoz y después atender la llamada. No ve nada porque su pelo revuelto le tapa todo a su alrededor.

—Días, porque lo bueno me lo arruinaste ¿Qué mierda quieres? — escucha la risa de Draken y la mano de este darle un pequeño golpe en su espalda.

—Oh, lo siento — dice en tono que remarca la falsedad- ¿interrumpí tu sesión de besos con el bastardo de Draken? que mal— la falsedad con la que se disculpa es tan notoria de acá a la luna. 

Mikey siente que todo su cuerpo se hiela cuando Baji escupe con sorna toda esa oración. Lo maldice tanto, que hasta posiblemente ya esté con un espíritu a su lado, así como en esos animes que ve porque Chifuyu le recomendó como el otaku que es—Que te jodan, que quieres para llamarme tan temprano? — ve como Draken sale de la habitación caminando como un robot y se siente extrañado por eso, aunque solo lo ignora.

—Necesito que me acompañes a llevar a Peke J al veterinario. Chifuyu ayer se fue por una semana con sus padres a la boda de una prima— comenta por encima. No va a contarle por teléfono todo el lío de ayer.

—¿Qué le hicieron a mi sobrino? si le pasa algo te romperé las putas piernas — Desde que Mikey conoció a Peke J se quedó enamorado del gatito. Y es que él siempre ha querido tener una mascota, pero tanto como Shinichiro, su abuelo y Draken no le han dejado tener nunca una mascota porque no lo ven como una persona capaz de cuidarlo, tal vez hasta el animalito podría cuidar a Mikey. entonces cuando supo de la existencia del minino, lo adoptó como su sobrino y cada tanto que va a lo de Baji, siempre lo tiene cargando. Draken se enoja un poco por la pelusa que queda en su ropa.

—Hace unas semanas lo tuvimos que llevar de emergencias por algo que ingirió de la calle. ahora esta mejor, pero necesito que me acompañes a su último chequeo.

Un amor inusualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora