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Canción en multimedia...

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Cercanías del cubil de los leones…

En silencio el rey Draken guiaba a los hechiceros lejos de aquel lugar, Alain y Lyncis aún no podían usar su magia pero iban sintiendo como mejoraba, en cualquier momento podrían usarla de nuevo.

El rey de Drakul chasqueó la lengua cuando escucho a los leones dándoles alcance -Voy a tomar mi forma de dragón, suban a mi lomo para salir de aquí-

Alain y Lyncis asintieron con la cabeza.

Un imponente dragón negro de ojos verdes que destellaron en ámbar apareció ante ellos, soltó un rugido y de un coletazo lanzo unas piedras que golpearon a unos cuantos leones.

El dragón hizo un gesto con su cabeza señalándose el lomo mientras se inclinaba hacia los hechiceros, quienes rápidamente subieron sobre el lugar indicado, agitó sus alas y comenzó a elevarse.

Pero no lograron ir muy lejos pues fueron derribados por varios leones…

Furioso el dragón lanzó una llamarada roja y para asombro de los primos hablo -¡Corran! Vayan hacia el norte por el río- gruño entre filosos colmillos para girarse a sus enemigos.

Lyncis y Alain hicieron lo pedido, sabiendo que no era momento de perder tiempo asombrándose y corrieron, aunque dudosos obedecieron pues aún no tenían su magia y ninguna arma para luchar.

El dragón negro soltó un rugido de dolor cuando dos leones saltaron sobre una de sus alas rasgándola como si se tratará de una cortina, la sangre mancho la nieve.

Sabiendo que el par de primos corría y que él era la única barrera para los enemigos, Draken se puso de frente a sus adversarios aprovechando para chamuscar a todos los leones que pudiera y para su pesar noto que era ejército a lo que se enfrentaba, esperaba que llegarán pronto los refuerzos.

Escucho un grito tras él y tras lanzar otra bocanada de fuego como dar un coletazo, se giró para ver que el hechicero rubio había sido herido por un león, trato de acercarse pero un gran número de ellos se lo impidió, parecían un enjambre de moscas.

Lyncis se sostenía el brazo herido y se asustó cuando los leones se abalanzaron sobre ellos, garras y colmillos amenazantes destellaron bajo las luces de esa tarde.

Alain no lo dudó y cubrió el cuerpo de su primo con el suyo…

Mientras tanto, Draken sin dejar de luchar sintió la adrenalina de la apremiante situación, furioso por lo mal que estaban saliendo las cosas, rugió llamando a más dragones para que se apresuraran en ayudarán a los hechiceros.

Alain y Lyncis cerraron los ojos aferrándose entre ellos, luchando por cubrir al otro pero el ojivioleta ganó.

Los leones cada vez más cerca…

Sangre mancho la nieve.

Sangre mancho las ropas de los hechiceros.

Un destello, el tiempo pareció ralentizar y los copos de nieve comenzaron a caer.

Los hechiceros escucharon sonidos conocidos y abrieron los ojos.

Una pantera y dos lobos les protegían.

-Párduc- Alain sollozo emocionado, con lágrimas en sus ojos y sin soltar a su primo.

-Mitril- jadeo Lyncis al ver a su pareja y al alfa.

Ambos primos lloraron de alivio, sus parejas estaban bien y habían venido con ellos.

Además si Patreuk estaba allí eso quería decir que Daven estaba a salvo.

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