Una semana después…
Los días pasaron y mientras que Alain tanto como sus primos se adaptaban a ser las parejas del rey, el consejero real y el general del ejército de Hjörd Kingdom. Su tiempo transcurría en aprender sobre sus deberes y en caso de Alain también asistir a ciertas reuniones como consorte real.
El problema que se había presentado la mañana siguiente del enlace real arruinó el ambiente festivo, los rebeldes invasores habían vuelto a atacar en esa ocasión la frontera oeste y esa vez no había resultado tan bien como en el caso de los hechiceros, pues a pesar de que impidieron el acceso de los invasores, si hubieron víctimas mortales.
Desde entonces la seguridad se había redoblado en el castillo así como en los clanes, Lyncis y Daven permanecían en el castillo al igual que sus compañeros, aunque estos llegaban frecuentemente ya entrada la noche reclamando su compañía.
Alain era el que menos había visto a su pareja pues cuando el rey volvía a sus aposentos el sueño ya le había ganado la mayoría de las veces y ambos tan cansados en especial el castaño, se abrazaban y se quedaban dormidos, la mañana llegaba demasiado rápido y otra vez debían estar cada uno enfrascado en sus deberes.
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Biblioteca Real.Alain, Daven y Lyncis aprovecharon su día “libre” para descansar y habían decidido pasar la tarde en la biblioteca pues algo que les gustaba era leer, no por nada pertenecían al clan que resguardaba los conocimientos.
En el amplio lugar rodeado de madera, libros desparramados descansaban sobre una mesa de madera tallada y junto a estos tazas así como platos vacíos, parecía que no había nadie en el lugar hasta que se escucharon una serie de suspiros llenos de tedio.
Tres cuerpos descansaban sobre la alfombra, los tres primos estaban recostados sobre el material marrón y dorado, las coronillas de sus cabezas se tocaban mientras miraban el techo, se habían apoderado de la biblioteca y estaban solo ellos dentro, pero el lugar permanecía custodiado por los guardias que les habían asignado sus parejas.
-Estoy aburrido- se quejó Daven acariciándose el vientre.
-¿Cómo es posible que muchos de los libros de esta biblioteca ya los habíamos leído?- murmuró Lyncis haciendo un puchero.
-Porque pertenecemos al clan de los eruditos ¿de dónde crees que salen muchos de los libros que se conocen?- intervino Alain mientras miraba distraídamente una de las pinturas que adornaban el techo abovedado.
El ojiazul y el ojiverde suspiraron -Tienes razón-
Alain giro su mano y una serie de figuras se formaron sobre ellos en forma de puntos brillantes, una pantera era la más resaltante -Extraño a Párduc-
-Pero vives con él- dijo Lyncis mirándolo de reojo y uniendo un lobo a las figuras en el techo.
Daven ni siquiera hizo un intento de formar una figura porque debía preservar su magia para algo más importante, se acarició el estómago sintiendo la energía de sus hijos bajo su mano, sonrió levemente y sus ojos brillaron.
-Casi no lo he visto esta semana y cuando llega ya estoy durmiendo, no me despierta porque dice que me he cansado mucho- se encogió de hombros fingiendo indiferencia el ojivioleta.
-Las cosas mejorarán pronto y podremos pasar más tiempo de nuevo con nuestras parejas- Lyncis afirmó sujetando las manos de sus primos.
-Ojalá, los cachorros piden por su padre lobo- murmuró Daven devolviendo el apretón en su mano.

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HJÖRÐ KINGDOM
FantasíaEn un mundo en el que los cambiaformas y hechiceros son pan de cada día, existe un reino llamado Hjörd Kingdom donde trabajan en equipo para mantener la paz en su prospero lugar. El destino mueve sus piezas y los destinados a ser, se encuentran. Da...