En un mundo en el que los cambiaformas y hechiceros son pan de cada día, existe un reino llamado Hjörd Kingdom donde trabajan en equipo para mantener la paz en su prospero lugar.
El destino mueve sus piezas y los destinados a ser, se encuentran.
Da...
La ciudad capital de Hjörd Kingdom era un lugar lleno de movimiento, las personas que iban en un carruaje miraban todo con curiosidad pues nunca habían estado en la capital.
El invierno ya había llegado y la nieve le daba un aire mágico a todo el lugar.
Águilas surcaban los cielos en diferentes direcciones, se podían ver algunos de los cambiaformas en su forma animal deambulando por las calles, osos, lobos, diferentes tipos de felinos y canidos.
Cuando pasaron por el mercado los dos chicos, uno de ojos verdes y otro de ojos azules mostraron la emoción así como la curiosidad de sus poseedores.
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-¿Quieren dar un paseo por el mercado?- el rostro de Mitril se asomó por una de las ventanas del carruaje mientras andaba a caballo.
-¡Sí, sí!- exclamó emocionado Lyncis haciendo sonreír a su compañero.
El carruaje se detuvo a un lado del camino…
-Luego iremos a la casa de la manada antes de ir al castillo- dijo Patreuk al oído de Daven tras haber abierto la puerta del carruaje.
El ojiverde sufrió una estremeciendo al sentir el aliento de su destinado sobre su piel -Te he dicho que dejes de hacer eso…-
-¿El qué?- pregunta el rubio mayor con una sonrisa que daba mucho que desear adornando sus facciones mientes ofrecía una mano al menor.
Daven tomo la mano ofrecida y con un bufido se dejó guiar fuera del carruaje -Ya sabes a qué me refiero-
-¡Daven nunca había estado en un lugar tan lleno de actividad!- exclamó Lyncis sujetando el brazo de su destinado y envuelto en un una capa de pieles que este le había colocado sobre los hombros.
El ojiverde suspiro -También es nuevo para mi, pero cálmate Lyn-
El rubito le saco la lengua y se giró para explorar el lugar de la mano de Mitril, quién más que encantado le sirvió de guía.
-¿Qué me mostraras primero alfa?- cuestionó el ojiverde mientras su lobo depositaba un abrigo de pieles sobre sus hombros.
Patreuk gruño al ser llamado así por su compañero y no fue de molestia -Ven, vamos a darte un recorrido-
Así las dos nuevas parejas se dispusieron a dar un recorrido por el mercado bullicioso y lleno de productos variados de todo el reino.
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Bosque colindante al palacio real…
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