El castillo bullía en actividades, las personas se movían de un lado a otro tratando de ser silenciosos y sutiles. Un grupo de personas caminaban hacia el salón del trono siguiendo a un hombre de cabello negro como el ala de un cuervo, ojos que parecían ónices negros insondables, su rostro era estoico y te hacía durar en sí sentiría emociones o no. Siempre mantenía una expresión neutral en su rostro y se rumoreaba que no le habían visto sonreír desde que era un niño.
Cuando llegaron al gran salón iluminado por antorchas, adornado con cortinas verdes con brocado en oro, estandartes azules y púrpura, encima de un trono de madera labrada cuyos brazos parecían las garras de un gran felino se posaba el emblema de la familia real, una pantera negra rugiente labrada en oro.
-Señor- hablo un hombre de ojos azules cuando el rey se sentó en el trono.
El pelinegro hizo un gesto con la mano indicándole que podía hablar, su rostro insondable.
-Un representante del clan de hechiceros Lunaris solicita una reunión con usted, parece que le urge su ayuda y…- se detuvo pasando saliva al ser atravesado por aquella mirada oscura.
-¿Y?- cuestionó instándolo a continuar, mientras dentro de su mente rodaba los ojos impaciente.
-Parece que es urgente, se nota que fue herido…- termina el rubio de ojos azules.
-Hazle pasar de inmediato- hizo un gesto de con la mano despidiendo al ojiazul y se giró hacia su consejero, un rubio de ojos grises -Patreuk ese clan son nuestros aliados del norte ¿No?-
-Así es señor…- respondió el aludido.
-Dile a Ágata que envíe a algunas de sus águilas a comprobar el límite norte- mando el rey educadamente a su primo -Y que el general Mitril prepare a uno de sus escuadrones para salir-
El consejero Patreuk Farkas inclinó la cabeza y fue hacia a un lado del salón para asomándose por una de las puertas laterales, llamar a un mensajero y dar las ordenes.
Segundos después…
Un joven entro a la sala del trono cubierto por una capucha, caminaba con pasos tambaleantes aunque se esforzaba por mantenerse erguido, cuando llegó ante el rey se inclinó en una reverencia, luego levantándose recto descubrió su cabeza dando paso a una cabellera castaña y al mirar hacia el frente dejo ver unos impactantes ojos violetas adornando un hermoso rostro de piel blanca.
El rey sintió que el corazón se le saltaba un latido y como se le cortaba el aliento, aunque su rostro se mantenía inexpresivo en su interior se desató una tormenta y su pantera rugió como dando una declaración.
A su lado su consejero le miró impactado, hace años que los ojos negros el rey no brillaban como lo hicieron al ver a aquel joven hechicero.
-Rey Párduc Aqr Oniksas, su majestad- saludo el ojivioleta -Soy el hechicero Alain Ametystowi del clan Lunaris y he vendido a solicitar su ayuda, mi clan ha sido atacado y amenazan con volver a ello con tal de invadir el territorio norte-
-La ayuda será enviada de inmediato- declaró el rey.
El joven dejo escapar un suspiro de alivio y se tambaleo hacia un lado, rápidamente el ojinegro lo sostuvo evitándole una caída.
-Me disculpo, estoy algo débil- dijo el joven apoyándose inconscientemente en el cuerpo del rey.
-Y herido- gruño Párduc.
Algunos de los presentes le miraron con temor al escuchar aquel gruñido enojado.
-Llamen al sanador- ordenó el Oniksas sintiendo como el hechicero perdía la conciencia en sus brazos -Que traiga una camilla-
-Así se hará señor- afirmó un hombre de cabellos adornados por algunas canas y ojos marrones, corriendo a hacer lo pedido ante una mirada severa del rey.
Momentos después…
El rey depositaba con cuidado al joven hechicero en una camilla mientras ordenaba -Lleve al hechicero Alain a mis aposentos y atiéndalo allí-
-Señor ¿Está seguro?- cuestionó el sanador pues eso se salía de todo protocolo.
A un lado del trono Petreuk rodó sus ojos grises al ver como el sanador sin querer cuestionaba a su rey.
Solo basto una ceja alzada para que el sanador tragara saliva e hiciera lo encomendado.
-Manténgalo cómodo y seguro- eso más que a orden sonó a amenaza.
-Sí majestad- aseguró el sanador dirigiendo a sus asistente a hacer lo ordenado.
Los ojos negros no perdieron de vista al grupo que se llevaba al hechicero hasta que salieron de la sana del trono con su paciente.
-Patreuk- llamo el rey a su consejero -Ya sabes que hacer-
-Sí señor- disimulando su sorpresa el ojigris se inclino y fue a encargarse de impartir las órdenes para ayudar al clan de hechiceros y reforzar la protección de la frontera norte.
Mientras el rey se armaba de paciencia para atender las demás reuniones que tenía pendiente, deseando terminar pronto para ir al encuentro del hermoso joven de ojos como la amatista.
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Disculpen los posibles errores.
Espero disfruten del mundo de Hjörd Kingdom.
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HJÖRÐ KINGDOM
Viễn tưởngEn un mundo en el que los cambiaformas y hechiceros son pan de cada día, existe un reino llamado Hjörd Kingdom donde trabajan en equipo para mantener la paz en su prospero lugar. El destino mueve sus piezas y los destinados a ser, se encuentran. Da...